Mi nombre es Maria, soy de Figueres de toda la vida y sigo viviendo aquí a día de hoy. Tengo dos hijas adolescentes, de 12 y 14 años, más o menos la edad de las cuatro víctimas del “presunto” violador en serie al que llamamos el violador de Figueres. Ahora que he visto la noticia de que este hombre ha sido puesto en libertad, estoy aterrorizada.

Está claro que es un violador reincidente, pues acumula ya cuatro denuncias de abuso sexual con penetración, aunque no sabemos si ha abusado de otras niñas. Y no es que haga tiempo que lo hizo: hace menos de un mes, el 21 de julio, fue detenido por violar a una niña de 13 años el día 9 del mismo mes.

No puedo quedarme tranquila sabiendo que ese depredador sexual sigue campando a sus anchas por las mismas calles por donde pasean mis hijas. Y no solo las madres de adolescentes y la ciudadanía figuerense en general nos oponemos a la decisión del juez: la misma magistrada del juzgado número 8 de Figueres ha asegurado que podría volver a cometer un crimen.

¿Cuánto tendremos que esperar para que se haga justicia? ¿Cuántos delitos más necesitan que haya para concluir que es alguien peligroso y reincidente?

¡Firma para que ninguna niña más esté en peligro!