Hola. Me llamo María Sopetrana y mi marido es tetrapléjico debido, según algunos sanitarios, a la dosis de la vacuna contra el Covid-19. 

Mi marido se llama Pedro y tiene 65 años. El día 9 de abril de 2021 le pusieron la primera y única vacuna contra el Covid-19. Por la mañana se sentía cansado, muy raro. Al día siguiente le dolían las piernas, así que dijimos que, si seguía con esas molestias, el lunes iríamos al médico. 

No tardamos tanto en acudir a urgencias porque esa misma noche, cuando mi marido se fue a acostar, yo le pregunté: “¿Estás bien?” Él me dijo que sí, pero yo le vi la cara un poco rara y cuando le volví a preguntar, me di cuenta de que estaba mirando para otro lado. Posteriormente se sentó y se cayó. 

Rápidamente llamé a mi cuñado para que me ayudara y fuimos a urgencias. A los 5 minutos de estar en el médico, nos avisó el doctor y nos dijo que se lo tenían que llevar a un hospital de Cáceres porque a mi marido le había dado un ictus. 

Se lo llevaron a dicho hospital y cuando llegamos le intervinieron muy rápido, pero nos empezaron a decir que “no iba a salir adelante”. 

Todo esto cambio a la mañana siguiente cuando me dijeron que habían conseguido estabilizarle, pero volvió a cambiar la situación tan solo 2 días después, cuando me llamaron para decirme que tenían que operarle de la cabeza porque había tenido un derrame cerebral. En esta operación le quitaron una parte del cráneo y el 13% del cerebro. 

Así estuvimos durante un tiempo porque a los días de que pasara esto, me llamaron de nuevo para decirme que, ahora, mi marido tenía una infección pulmonar muy grave y que de esta “sí que no salía”. 

Los médicos querían hacerle pruebas, pero yo no entendía porqué mi marido había estado genial tan solo unos días atrás y después de la vacuna había empezado todo este periplo. De hecho, fueron a realizarle una prueba de virus y yo les dije que mi marido no tenían ningún virus, que nosotros no habíamos salido de mi casa, que eso era de la vacuna. Pero al decir eso, todos los médicos me miraron diciéndome que “no podía decir ese comentario”.

Posteriormente, nos mandaron a rehabilitación y conocimos a muchas personas. Una de ellas, el cual es sanitario, nos dijo que estaba convencido de que todo lo que le estaba ocurriendo a mi marido venía relacionado con la vacuna contra el Covid-19 por todos los síntomas que había presentado durante este tiempo. 

Por todo lo plasmado, lanzo la siguiente petición al Congreso de los Diputados para que haya más visibilidad e investigación para las personas que viven con diferentes patologías debido a la vacuna contra el Covid-19.

De igual manera, necesitamos que, desde el Estado, se nos conceda alguna ayuda para que yo pueda atender correctamente a mi marido. A mí me ha cambiado la vida totalmente. No puedo moverme para nada ni ir a ningún sitio, tengo que estar pendiente todo el rato de él. Además, mi marido tiene miedo a quedarse solo porque ha visto a la muerte de frente y, es por eso, por lo que me he convertido en una cuidadora a tiempo completo. 

Por otra parte, no entiendo que, si la rehabilitación está financiada por la Seguridad Social, tenga que pagar 200€ para que mi marido mejore su rehabilitación. Todo lo estoy pagando yo y nadie me está ayudando. En estos momentos son en los que necesitamos ayuda de nuestro Estado, pero, actualmente, está siendo una ayuda muy carente. Además, la rehabilitaciones deben mejorar y, sobre todo, el personal que no es nada empático. A nosotros nos llegaron a decir en una sesión de rehabilitación: “No sé porque viene usted aquí, si no va a poder andar de nuevo en su vida”.

En definitiva, mi marido necesita ayuda para tener una vida más o menos similar a la que tenía hace unos años y por eso lanzamos esta petición, para que haya más investigación y Sanidad vuelque todos sus recursos para mejorar nuestra situación.