Hola a todos, 

Soy Marta, tengo 24 años y hoy estoy aquí por una razón muy especial. La palabra cáncer entró en mi casa hace ya mucho tiempo. Desde muy pequeña tuve que acostumbrarme a convivir con ella y sus terribles consecuencias.

Tenía 2 años cuando en casa convivimos con el cáncer por primera vez. Mi padre murió por cáncer de estómago. A esa edad, por suerte o por desgracia, no se es consciente del todo de los problemas, ni del proceso. 4 años después, a mi madre le diagnosticaron cáncer de mama. Ella tuvo más suerte. Bueno, todos la tuvimos, porque ella está aquí hoy, sana. Yo tenía 6 años entonces y reconozco que tampoco terminé de ser consciente de lo que estábamos viviendo. La consciencia llegó con mi hermano. 

El año pasado le diagnosticaron cáncer también a mi hermano. Él tiene cáncer testicular con metástasis en otras partes del cuerpo, y tiene el sistema nervioso dañado. La foto de este texto es por y para él; recuerda el pequeño gesto que hice para acompañar a mi hermano en el año nuevo que entraba. Nos rapamos juntos. 

Siempre pensamos que le ocurrirá a personas más mayores, o pacientes con malos hábitos y estilos de vida poco saludables, pero no es así. En mi casa no ha sido así. Mi padre tenía 40 años y mi hermano tan solo 32. De ahí mi desazón y mi deseo de conocer las causas que explican la aparición de esta enfermedad. 

El cáncer lleva años impregnado en nuestra familia y, por duro que parezca, es imposible no pensar en que pronto me tocará a mí. Sin embargo, mi médico no parece pensar lo mismo, quien se niega a realizarme pruebas a pesar de mis recientes molestias de estómago. Lo cierto es que no entiendo su inquina en retrasarme pruebas o descartar diagnósticos. 

Desde aquí, desde mi vivencia, mi intranquilidad e incertidumbre, quiero aprovechar para visibilizar y reivindicar dos aspectos muy concretos. En primer lugar, exigir la implicación de la Sanidad Pública, para que no pasen por alto ninguna prueba ni revisión, teniendo en cuenta sobre todo los casos en que los pacientes somos especialmente propensos a padecer la enfermedad, como yo, por simple genética. No entiendo el empeño de mis médicos en no derivarme a pruebas específicas cuando les he comentado mi historial. ¿Cuándo cesará esta actitud?

Y, en segundo lugar, la reivindicación más importante. Necesitamos más investigación para encontrar un porqué. ¿Por qué se produce el cáncer? ¿Qué explicación existe para personas como yo, rodeada de pacientes oncológicos? Si se pusiera el mismo empeño en su investigación, al igual que se ha puesto en otras causas como el Covid-19, quizá hubiese familias que no tendrían que pasar por este intrincado y aterrador camino. ¿Hasta cuándo? ¿Cuándo dejará de ser secundaria la investigación y cura del cáncer?

Extiendo mi petición a las Cortes de Castilla y León, mis representantes políticos. 

Desde Valladolid, mi ciudad, espero su respuesta.

Muchas gracias