En la madrugada del día 10 de abril, sobre las 2-2:30 am, estaba andando hacia mi casa, ya que había estado en el cumpleaños de una amiga que lo había celebrado en un bar de copas situado cerca de donde vivo, más o menos a unos diez/quince minutos. 

Me quedaba poco para llegar a mi casa cuando, de repente, noté como un grupo de adolescentes (cinco o seis) de entre unos 15-18 años me empiezaron a seguir. Mientras yo seguía mi camino iba escuchando comentarios sobre mí y sabían que iban dirigidos hacia mí porque a esas horas solo estaba yo en esa calle. Me gritaban "piropos"... Ya os podéis imaginar qué tipo de comentarios hacían. 

Cada vez se acercaban más y más, y yo iba cada vez más y más rápido hasta que llegó un momento en el que uno de los chicos me cogió del brazo y me dijo: "qué guapa eres. Acto seguido los demás comenzaron a toquetearme el cuerpo y yo estaba tan nerviosa que solo me salía decir: "por favor, parad ya". No paraban. No sé cuánto tiempo estuvieron haciendo eso, pero para mí duró una eternidad. Uno de los chicos dijo : "dejad a la chavala" y, de repente, se pararon en seco y yo salí corriendo como pude hacia el portal más cercano que conocía. 

No le vi las caras a ninguno, yo solo miraba hacia abajo. No iba bebida, no iba bajo el efecto de ninguna droga, hacía mucho frío, por lo que tampoco llevaba nada "provocativo". El problema viene de la base de todo, la educación. Fue el peor momento de mi vida con mucha diferencia y pasé mucho miedo. Todavía hay que seguir luchando por estas injusticias sociales y darles voz para que no sigan invisibilizadas. Ojalá llegue el día en el que estas situaciones machistas  dejen de ser habituales.