Pregunta para Congreso de los diputados

Llevo un año esperando para poder ingresar en una clínica especializada en TLP. Firma para conseguir que la salud mental no sea un privilegio.

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Martha Carpe Pregunta de Martha Carpe

Soy Martha, tengo 28 años y llevo arrastrando varios problemas de salud mental desde los 13. Empecé a mostrar aspectos depresivos cuando era niña debido a los traumas de la infancia a los que todavía tengo que hacer frente. Después de tantos años yendo a terapia puedo decir que la salud mental sigue estando muy infravalorada por parte de las instituciones. 

Debido a las largas colas de espera y la excesiva dosis de medicación que se receta para aguantar los tiempos, muchos nos vemos obligados a recurrir a clínicas privadas. Necesitamos que esta situación cambie, la salud mental no puede ser un privilegio para unos pocos. 

En mi caso, he vivido muchos años autodestruyéndome sin saber que era lo que realmente me pasaba. A los 13 empecé a ir a terapia obligada por mis padres. Pasé unos años buscando el problema en el lugar equivocado con psiquiatras que no me ayudaron en absoluto. Hasta que con 23 años acudí a terapia por mi cuenta. 

Finalmente, a los 25 fui diagnosticada oficialmente con Trastorno Límite de la Personalidad. Aunque antes de esto ya había sufrido problemas relacionados como la depresión o el Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA).

Siempre he tenido que acudir a terapia a través del seguro privado porque las colas de la Seguridad Social eran tan largas que se me hacía insoportable aguantar todo ese tiempo sin ver a un especialista. Sin embargo, mi seguro sigue sin ofrecer ningún Centro de Día especializado en TLP así que llevo un año en lista de espera para poder acceder a la Unidad de Trastornos de la Personalidad del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

Durante este año la situación se ha vuelto insostenible para mí. Tuve que ingresar hasta tres veces en un centro en el que convivía con personas que tenían problemas de todo tipo. Se trataba de un centro de contención al que acudía cuando los pensamientos suicidas me abordaban hasta el punto de llegar a planear mi propia muerte. Allí me aseguraba de que estaría en un espacio controlado en el que no podría llegar a matarme, pero no tenía acceso a la terapia que realmente necesitaba para mejorar. 

Estar en el centro con gente tan diversa a veces se hacía muy difícil. En concreto hubo una vez en la que tuve que convivir con un hombre que sufría ninfomanía. Cuando llegué unas chicas me contaron que solía masturbarse delante de ellas y acosarlas en las zonas comunes. Cuando has sufrido abusos sexuales anteriormente, este no es el mejor entorno con el que te puedes encontrar. Necesitábamos un espacio seguro y al final ni el propio centro lo proporcionaba. 

Llevo un año viviendo por inercia, esperando que alguien me saque del pozo en el que estoy metida. Las personas con enfermedades se salud mental no tenemos tiempo para esperar, nuestra situación es crítica. Nadie pensaría jamás retrasar una operación de urgencia, sin embargo, si tienes pensamientos suicidas te llevan al límite. 

Al final, siento que el TLP me está destrozando. No tener una personalidad definida, estar siempre en el limbo sintiéndolo todo de una manera tan intensa, con esos impulsos que te hacen tomar decisiones que no tomarías en otra situación… Las autolesiones, las ideas suicidas, el dolor… Cualquier persona en mi situación ya se hubiera quitado la vida. 

Desde aquí quiero dirigirme al Congreso de los Diputados para pedir desesperadamente que se tomen medidas para mejorar la atención en salud mental. La ayuda psicológica o psiquiátrica no puede ser un privilegio al que solo unos pocos puedan acceder. No tenemos tiempo que perder, estoy segura de que estas mejoras ayudarán a salvar muchas vidas. Hagámoslo por los que ya no están.

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