Hola. Me llamo Miguel Delgado, tengo 40 años y convivo con espina bífida. 

Aunque tengo esta enfermedad desde mi nacimiento, desde 2020 estoy en una situación de incapacidad absoluta. A pesar de todo, soy consciente de lo privilegiado que he sido, puesto que, por ejemplo, mi padre es enfermero y siempre me han ayudado para que fuese lo más independiente posible, nos hemos centrado en que pudiese tener la mayor calidad de vida posible con las limitaciones pertinentes. 

Yo trabajaba en el sector de la moda, primero como diseñador y después encargado de las fragancias. Ahora, por desgracia, no puedo trabajar, pero me encuentro bien -he necesitado ayuda de terapia-.

En total me han hecho 32 intervenciones, pero aun así, no paro de luchar por mis derechos y por el de las personas que se encuentran en una situación similar a la mía. Por eso siempre digo que si hay algo que define la diversidad, es la discapacidad. Hasta las personas que tenemos la misma patología tenemos diferentes situaciones, sin contar los demás factores como los económicos. 

Las personas con discapacidad tenemos los mismos derechos que el resto de la sociedad. El pensar otra cosa diferente ha quedado ya en el pasado. Por ejemplo, a mí me encanta salir los fines de semana, buscar mi independencia, vivir la vida en la ciudad, etc. Por eso, hay cosas que no podemos entender cómo la adaptabilidad y accesibilidad para personas con discapacidad en determinados espacios -cines-. ¿En qué cabeza cabe que nosotros no queremos divertirnos? Es un sinsentido y la sociedad debe avanzar ya en todos los aspectos y para todos los perfiles. 

Por todo lo plasmado, lanzo la siguiente petición al Parlamento de Galicia para que la ley obligue a las salas de cine a ofertar plazas para personas con movilidad reducida (PMR) y usuarias de silla de ruedas, fuera de la fila 0, haciéndolas accesibles en el caso de ser necesario.

Si ya para la inmensa mayoría de espectadores, las primeras filas resultan incómodas y poco atractivas (en éxitos de taquilla que llenan salas puede verse que las filas 0 y 1 están vacías) porque supone tener que estar mirando prácticamente hacia arriba una media de 2 horas (a veces más), para una PMR -usuaria de silla de ruedas- resulta todavía más incómodo (inviable incluso sin exagerar) lo que supone que acudir a ver una película no sea un plan cultural y/o de ocio accesible, apetecible ni viable (la declaración europea de derechos de las personas con discapacidad obliga a garantizar y promover el acceso a la cultura de todos los países). Además, la mayoría de sillas de ruedas no disponen de reposacabezas (sí lo tienen el resto de butacas), por lo que la incomodidad es todavía mayor. 

Esto supone una discriminación en relación al resto de usuarios, ya que tienen una mayor oferta en la selección de butacas, así como una butaca cómoda y pensada para pasar en ella una cantidad de tiempo cada vez mayor. Para mayor agravio, el precio de la entrada es el mismo, a pesar de no ofrecer las mismas comodidades.

Para mejorar esto, habría que hacer rampas en lugar de escaleras de manera que todas las filas fuesen accesibles. De esta manera se podría dejar los huecos para sillas de ruedas en las localidades de los extremos de cada fila; Contar con salva escaleras para poder llegar a la fila deseada, dejando los huecos de la misma manera que en el punto anterior; e instalar butacas que se puedan desanclar del suelo, de manera que cualquiera de las localidades a las que se pudiese llegar en silla de ruedas, se pudiese quitar, dejando el hueco para la silla. 

¡Basta de localidades PMR en fila 0. Queremos poder disfrutar del cine en las mismas condiciones que el resto de espectadores! ¡Hagamos visible esta petición para que todo el mundo pueda apoyarla y consigamos una sociedad más inclusiva!