Somos Stephania y Marta, trabajadoras y educadoras sociales.  ¿Sabías que la segunda causa de muerte no natural entre los jóvenes de nuestro país es el suicidio? pues a pesar del gran problema que esto supone, aún no hay ningún plan nacional para hacer frente a esta pandemia.

Las estadísticas dicen que hay una media de un suicidio cada 40 segundos, muchos de ellos llevados a cabo por jóvenes y relacionados con problemas de salud mental, algo realmente preocupante teniendo en cuenta el efecto negativo que ha tenido la pandemia en la salud mental de este grupo, aumentando especialmente los casos de depresión o ansiedad.

El silencio en torno al suicidio no lo hace desaparecer, rara vez se habla en medios de comunicación o se hacen campañas de visibilización desde las instituciones públicas. No podemos seguir haciendo como si no pasara nada, debemos trabajar en la prevención del suicidio y sus consecuencias.

Es un problema social muy complejo que merece y urge una estrategia y un plan nacional que aborde desde la formación de profesionales que se dediquen a su visibilización, prevención y atención hasta equipos de acompañamiento psicológico para las familias que sufran un caso cercano.

A pesar de que algunas asociaciones están llevando esta labor a cabo en algunas comunidades como Baleares, sus recursos son limitados y no pueden hacer frente al problema en su totalidad. Es responsabilidad de los poderes públicos que hagan frente a esta lacra y se empiecen a elaborar campañas de prevención similares por ejemplo a las que se realizan para llevar una alimentación equilibrada para prevenir posibles problemas de salud

Por eso queremos dirigir esta campaña a los políticos del Congreso de los Diputados para preguntar cuándo se elaborará un plan nacional para la prevención del suicidio que sea interdisciplinar y coordine a los ámbitos sociales, comunitarios, educativos y sanitarios para frenar una de las mayores causas de muerte no natural en España.

Es muy importante que tanto profesores como médicos de familia, por ejemplo, sepan qué hacer ante un caso potencial de suicidio para poder intervenir a tiempo, derivando a la ayuda de un profesional de la psicología o incluso interviniendo si está debidamente preparado. 

La elaboración de un plan a seguir a nivel nacional facilitaría la intervención y la prevención del suicidio, no solo en jóvenes, sino en otros grupos vulnerables como puede ser las de la tercera edad o las personas con diagnóstico de salud mental. Además, urgen estrategias educativas que incluyan habilidades en la gestión emocional desde muy temprana edad, para dotar de herramientas para aprender a reconocer las emociones y mejorar su autoconocimiento.

Necesitamos una implicación de todas las partes de la sociedad para frenar, prevenir y atender, y eso solo se consigue con la implicación y el esfuerzo en primer lugar de las instituciones.

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