Hola, 

Me llamo Mireia, tengo 39 años, soy de Menorca y acabo de superar un cáncer de mama. Cuando me diagnosticaron cáncer, desde el primer momento lo único que me propuse fue naturalizarlo al 100%. Yo tengo una hija, que tenía 7 años entonces, y quería que fuese consciente de todo. Porque, en mi opinión, cuando lo escondes, a la larga puede tener una repercusión más negativa, por lo que decidí preguntar en el hospital cuál era la forma más adecuada de explicárselo a mi hija, y así lo hice, expresando sobre todo lo que sería más notorio, como la caída del pelo o los días en que no me encontraría bien. Y a raíz de aquello, le insté a que preguntara lo que quisiera. Y, claro, ella tenía mil preguntas. Si no se lo explicaba yo, se enteraría por otras vías. 

Tenía 37 años cuando me noté un bulto en el pecho. Acudí a Urgencias, allí empezaron las pruebas y a los quince días ya sabíamos que tenía cáncer de mama triple negativo. Tuve que recibir sesiones de quimioterapia, después fui intervenida, y posteriormente recibí radioterapia y quimioterapia oral. Hace cerca de un mes que terminé el tratamiento. A día de hoy estoy bien, estoy recuperándome, he empezado a hacer deporte y espero ir activándome poco a poco para retomar mi vida laboral. 

He llevado mi enfermedad de una manera muy natural. Siempre he intentado ser lo más transparente posible. He expuesto mi situación a familiares y amigos sin tapujos, alentando a que hicieran cualquier pregunta. Y si, con mi historia, puedo ayudar a cualquier otra persona, estoy dispuesta a hacerlo. Por eso os transmito mi experiencia y mi vivencia. 

El cáncer no es algo nuevo, y sin embargo parece seguir siendo objeto de un profundo, silencioso y visceral miedo. ¿Por qué? ¿Hasta cuándo el tabú, el silencio y las medias palabras? El cáncer no es una condena a muerte. Hay mucha vida después del cáncer, pero claro, desconocemos tanto… Yo tuve que realizar una profunda inmersión en la enfermedad cuando fui diagnosticada, porque no tenía ni idea. Nadie te lo explica, nadie que no lo haya pasado puede saber qué es el cáncer, qué es realmente una quimioterapia, o cómo puedes afrontar los efectos secundarios de los tratamientos. Y ahí sí te sientes profundamente desorientada. ¿Por qué no se informa en ningún lado?  

Necesitamos una sociedad que hable de la enfermedad sin tapujos, desde edades tempranas y en la etapa escolar. Porque así, y solo así, el camino a la recuperación será más llevadero, no solo para el paciente que tiene que convivir con la enfermedad, sino también para las personas de su entorno. Huyamos entonces del tabú y tratemos de cambiar nuestra mentalidad.

Me reservo para el final el destinatario último de esta petición. En primera instancia sois vosotros, sí, familiares, amigos y conocidos que me habéis acompañado en este proceso, y también vosotros, desconocidos a los que os sirve mi vivencia, como guía o punto de encuentro, como bálsamo sanador…Pero los receptores deben ser también ustedes, políticos e instituciones, porque sobre vosotros recae el último peso. 

Y, por eso, dirijo mi última pregunta a mis representantes políticos en el Parlamento balear: ¿Cuándo se hablará abiertamente en las escuelas de la enfermedad? ¿Cuándo se destinará un porcentaje de inversión digno a la investigación contra el cáncer? Cada día somos más las personas jóvenes que nos enfrentamos a duros diagnósticos y debemos afrontar un arduo camino hacia la recuperación. Y, ¿sabéis? La investigación salva vidas.