Me llamo Montse y vivo en Catalunya. Mi hijo mayor, Enzo, que ahora tiene 16 años, convive con multitud de diagnósticos, entre ellos, el trastorno negativista desafiante, que puede conllevar brotes violentos severos que ponen a toda la unidad familiar en peligro. Este trastorno, como la mayoría, se está agravando a medida que pasan los años y la situación en casa se está volviendo insostenible.

Actualmente, cuando Enzo padece un brote violento, necesitamos recurrir a los servicios de emergencia porque no podemos sostener la situación solos. En casa estamos Enzo, su hermano pequeño y yo y necesitamos ayuda urgente. Hasta ahora, encadenamos ingresos puntuales en la unidad de psiquiatría hasta que después de unos días volvemos a casa, pero no encontramos solución a largo plazo que nos permita ver como sostener la situación.

Cuando Enzo era un niño podíamos gestionarlo, pero cuando creció, dejamos de poder contenerlo físicamente y eso nos deja completamente desprotegidos. Enzo mide 1,90m y pesa más de 100kg.

Hemos recurrido a todas las administraciones para pedir que nos faciliten algún tipo de ampara, pero la respuesta siempre es que no hay recursos para facilitarnos una solución que permita evitar la convivencia forzosa y que facilite un espacio especializado donde Enzo pueda vivir. Las plazas adaptadas que están reservadas para jóvenes que comparten características diagnósticas con Enzo, ya están ocupadas.

Quiero muchísimo a mi hijo y soy y siempre he sido una madre muy implicada, como todos los padres que conozco con casos similares al de Enzo en casa, pero vivimos con miedo constante.
¡Necesitamos una solución urgente, necesitamos reconocimiento y recursos! Queremos una plaza adaptada en el centro Acompanya'm, que es donde estamos derivados.