Pregunta para Parlamento de Catalunya
Soy Muntsa, tengo 40 años y arrastro las secuelas del Covid19 desde hace seis meses. ¿Por qué todavía cuesta tanto conseguir un diagnóstico firme de covid persistente?
Hola, me llamo Muntsa y tengo 40 años. En diciembre de 2020 tuve Covid19 y, a día de hoy, sigo sufriendo las secuelas. del llamado covid persistente. Llevo seis meses con síntomas que me imposibilitan hacer vida normal (cansancio, neblina mental, pérdida de memoria, dolor de cabeza, adormecimiento de las articulaciones, y un largo etcétera) y me gustaría que todos tomáramos conciencia sobre las consecuencias de padecer coronavirus.
Todo empezó el pasado cuatro de diciembre cuando mi marido empezó a sentir malestar repentino. En ese momento no le dimos importancia porque pensábamos que sería un resfriado. A los días empecé a sentir lo mismo y mis síntomas empeoraron hasta que el día ocho de diciembre mi cuerpo no aguantó más con el malestar intestinal, el dolor de cabeza y el agotamiento y perdí el conocimiento. Llamaron a una ambulancia y, una vez en el consultorio, nos hicieron una PCR a mi marido y a mi. Ambas positivas. Acto seguido, les hicieron las mismas pruebas a mi hijas y, como era de esperar, resultaron positivas asintomáticas.
Estuvimos 15 días de cuarentena en casa. Los síntomas se fueron ablandando, sin embargo, había cosas en mí que no volvían a la normalidad. Una vez recibida el alta, yo no me encontraba del todo bien y decidí ir al médico. Allí se me diagnosticó ansiedad, cosa que yo estaba segura que no padecía. Insistí muchísimo para que me hiciesen pruebas, no obstante, mi médico se negaba a confirmar la existencia del covid persistente. Mi falta de energía y mis dolores de cabeza me impedían trabajar y, tras dos meses de baja laboral, el tribunal médico me llamó para decirme que me tenían que dar el alta. “El covid persistente no existe”, me llegaron a decir.
Después de recibir el alta, me dirigí a la neumóloga para que me realizaran pruebas y me comunicó que, efectivamente padecía covid persistente. Como mi médico hasta entonces no se había tomado en serio mi caso, me cambié a otro, quien me hizo una analítica completa de sangre. En cuanto tuvo los resultados me llamó y me comunicó que debía pedirme una baja urgente porque tenía los niveles de hierro bajísimos y que era muy preocupante.
Estos últimos seis meses han sido agotadores. La lucha constante contra los síntomas diarios y los profesionales de la salud que se niegan a diagnosticar el covid persistente me tiene agotada. Prácticamente todos los días me despierto sin energía, el simple hecho de hacer la cama hace que no pueda respirar y me veo obligada a descansar de cualquier actividad que esté haciendo cada dos minutos. A día de hoy, tengo constantes pérdidas de memoria y dolores muy fuertes de cabeza. Todos estos factores han hecho que pierda mi trabajo y cada día que pasa el camino se hace más doloroso.
Por estos motivos, me gustaría que se conciencie más a la población y a los profesionales de la salud sobre las secuelas que puede generar el Covid19, que nuestro diagnóstico sea más rápido y sencillo, que no tengamos que gastar nuestras energías en demostrar lo que padecemos. También, veo necesario que todos los sanitarios tengan en cuenta la guía que existe sobre covid persistente, para que estén informados y sepan cuándo y cómo tratar un caso de estas características. Yo me siento afortunada por contar con el apoyo de los míos y, actualmente, también con el de los médicos, sin embargo, este último me ha costado demasiado conseguirlo.