El Senado, necesita una Reforma urgente.
Completamente de acuerdo. Es más, o se aplica una reforma y se transforma en una Cámara territorial o la mejor opción es que el Gobierno cierre sus puertas y, con ello, despoje de nuestra arquitectura institucional de un foro que hoy es más necesario que nunca para garantizar el debate y el diálogo entre el Gobierno del Estado y las Comunidades Autónomas.
Muchos ciudadanos se preguntan, y nosotros los senadores también, para qué sirve una Cámara que fue ideada como un instrumento necesario y fundamental para vertebrar el Estado de las Autonomías. Una aspiración que, sin embargo, no ha sido posible por la inacción y la dejadez de quienes han tenido en sus manos la posibilidad de llevar a cabo un proyecto imprescindible en un Estado plural y descentralizado.
El Senado es hoy una cámara que muchos cuestionan con razón. De ahí la necesidad de que, sin más dilación, se acometa una reforma que permita que se transforme en una cámara territorial y de primera lectura en aquellas reformas legales que afecten a competencias autonómicas.
En un país como el nuestro, en el que la mayoría de las competencias se encuentran hoy en manos de las Comunidades Autónomas, es hoy más necesaria que nunca la existencia de una Cámara territorial para garantizar el diálogo entre ambas partes y que, en un futuro, no vuelva a ocurrir lo que hemos vivido en esta legislatura, en la que el Gobierno del Estado ha aplicado recortes unilaterales en servicios básicos, como la Sanidad o la Educación, sin evaluar previamente con las Comunidades Autónomas sus repercusiones.
Si el Senado se transforma en una Cámara de primera lectura de las reformas legales que afecten a las Comunidades Autónomas; si el Senado se convierte en el necesario escenario de diálogo y debate entre autonomías y el Estado, muchos ciudadanos dejarán de preguntarse para qué sirve una Cámara que hoy muchos cuestionan con razón por su inoperancia y su inactividad
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