Mi nombre es Natalia y soy madre de Angie, una niña espabilada y vivaz de 9 años que tiene Síndrome de Down. Quiero dar a conocer una situación que afecta a las familias que tenemos niños con necesidades educativas especiales, para luchar por sus derechos educativos. 

Angie asiste a una escuela ordinaria desde que tenía 3 años. Actualmente cursa tercero de primaria y comparte aula con 28 niños. Se lleva genial con sus compañeros, es una niña más. Sin embargo, el sistema de la escuela ordinaria actual no permite que mi hija reciba la educación que necesita. 

La psicopedagoga adapta el temario que puede de tercer curso a las necesidades de Angie, pero eso no es suficiente y ella termina sintiéndose perdida. Finalmente acaban pidiendole que le haga algún dibujo a los compañeros para que no interrumpa la clase. Con un apoyo en el aula podría seguir trabajando temarios en vez de  hacer dibujos.

Esta situación no sucedería si Angie contara con una persona especializada en educación especial a su lado mientras está en el colegio. Eso le permitiría ir aprendiendo a su ritmo, a la vez que comparte aula con sus compañeros y se siente incluida. Este especialista también la ayudaría a calmarla y a tener una mayor concentración, ya que ella es una niña muy movida y le cuesta concentrarse. 

Siento que mi hija no está recibiendo los medios necesarios para su correcta educación. Los profesores de la escuela ordinaria no cuentan con ningún tipo de formación en educación especial, y tampoco hay especialistas que atengan a los niños con necesidades educativas especiales. Las escuelas y profesores hacen todo lo que pueden para atender sus necesidades pero se encuentran muy sobrecargados, ya que no reciben el presupuesto adecuado por parte d'Ensenyament, por lo que no pueden prestarles la atención que necesitan a los niños con necesidades educativas especiales, que terminan apartados sin poder integrarse al ritmo de la clase.

Creo que lo fundamental para brindarles una educación de calidad a los niños como Angie es poder contar con el apoyo dentro del aula de un profesional en necesidades educativas especiales, además de formar al profesorado para que puedan comprender las necesidades de estos niños.  

Considero que Angie y los niños con necesidades educativas especiales tienen el mismo derecho a recibir una educación de calidad que los demás. Yo quiero que mi hija aprenda y avance siguiendo su ritmo, sintiéndose a la misma vez integrada con los demás niños. 

Por este motivo, siendo de Sabadell, me dirijo a los políticos del Parlament de Catalunya para que tengan en cuenta la situación de los niños con necesidades educativas especiales, y les brinden una educación de calidad destinando más recursos en la educación especial.