Mi nombre es Natalia y desde hace 14 años soy enfermera escolar, una figura que muchos desconocen y que me gusta reivindicar por su gran utilidad para toda la comunidad educativa. Nuestra especialidad hace posible que en los colegios donde trabajamos todo el alumnado tenga una atención personalizada ante cualquier accidente o necesidad médica particular: desde caídas hasta atenciones y seguimiento a la población en edad escolar y alumnas con enfermedades crónicas como diabetes, asma o epilepsia, por ejemplo.

En mi caso, actualmente trabajo a tiempo completo en un colegio de educación especial en Dénia (Alicante) junto al apoyo de una compañera de refuerzo. En estos colegios nuestra presencia es vital para el desarrollo, cuidado y atención de los alumnos. Tenemos una carga asistencial elevada y aunque en mi caso concreto contamos con el apoyo de la dirección de enfermería de nuestra área de Salud en cuanto a nuestras necesidades, sigue haciendo falta más sensibilidad y más recursos para que tanto a nivel autonómico como nacional la figura de la enfermería escolar tenga el reconocimiento que merece en la comunidad educativa y en la sanidad pública. 

Para que esto ocurra es necesario y urgente que las instituciones se comprometan: conseguir que exista una bolsa de trabajo específica en la que los perfiles adecuados puedan acceder a esta profesión es una reivindicación que quiero poner sobre la mesa. También es urgente y necesario que se legisle específicamente y en profundidad sobre la enfermería escolar, que se valore la creación de una rama específica de enfermería escolar en la educación (al margen de los másters ya existentes) y que existan los recursos suficientes para que podamos ejercer nuestra profesión con todas las garantías. 

Mi colegio está cubierto y esta posición está más extendida en los centros de educación especial como el mío, pero tenemos que hacer fuerza para que esta excepción se convierta en la norma: necesitamos enfermeras escolar en cada centro educativo. Todos los colegios deben contar con esta figura tan necesaria pero que a menudo no tiene todos los recursos que merece.

Creo que la inversión necesaria para conseguir esto es mínima comparada con todo lo que ofrece nuestra presencia. Trabajamos con una programación centrada en la persona, de manera multidisciplinar con el resto de perfiles de la comunidad educativa (profesores, orientadores….) y nos marcamos objetivos centrados en el bienestar, la salud y el progreso académico de cada niño y niña.

Desde mis redes sociales divulgo sobre la importancia y la historia de nuestra profesión y aprovecho este espacio para explicar aquí brevemente cómo es nuestro trabajo y por qué es tan importante y debería estar más valorado y reconocido. Desde hacer seguimiento de las citas médicas de cada niñ@, cumplir con los protocolos covid (en mi centro no ha habido ningún positivo), vacunación de gripe y covid en el mismo cole (aliviando así la carga de cuidados de los padres) o hasta programas de educación sexual o salud bucodental, entre otras tareas. 

Por todo esto quiero dirigir esta petición a todos los grupos políticos de las Corts de Valencia. Para que seamos escuchadas y para que nuestra profesión tenga el sitio que merece, os pido apoyar y compartir esta iniciativa para tener al menos una respuesta y un compromiso. ¡Gracias!