Los trastornos del neurodesarrollo requieren de un estudio diagnóstico y de una intervención terapéutica por parte de profesionales especializados. La prevalencia de dichos trastornos se ha estimado, en la Unión Europea, entre un 7% y un 10% de la población, actualmente en nuestro país hay estudios que confirman esta prevalencia, son alumnos que nutren de manera significativa los grupos que repiten curso y el abandono escolar prematuro, es decir lo que se ha denominado fracaso escolar. ¿Por qué nos quitan ahora la ayuda que teníamos desde el Ministerio?.

Si hablamos de ayudas por necesidades educativas, ningún alumno está más necesitado de dichas ayudas que las niñas y niños afectados por algún trastorno del neurodesarrollo – TEL (Trastorno Específico del Lenguaje), Dislexia (con todos sus componentes como la falta de fluidez lectora, la disortografía y la frecuente disgrafía), la Discalculia o el TDA con o sin Hiperactividad.

La necesidad de ayudas para diagnósticos e intervenciones terapéuticas es más apremiante en familias cuyos recursos económicos escasos difícilmente les van a permitir hacer frente a los importes de estos tratamientos puesto que, ni la sanidad pública ni el sistema escolar tiene, actualmente, capacidad para atender estas patologías.

Debemos recordar que estas dificultades están incluidas en el CIE-10 Clasificación diagnóstica la OMS (Organización Mundial de la Salud) y el DSM 5 Manual diagnóstico y estadístico de la Asociación Americana de Psiquiatría.

Es por ello por lo que desde La Associació Catalana de Dislèxia de ninguna manera entendemos que el Ministerio de Educación y Formación Profesional, a través de la Subdirección General de Becas, Ayudas al Estudio y Promoción Educativa haya comunicado a las familias que habían solicitado y obtenido estas ayudas que, en caso de solicitar en la próxima convocatoria para el curso 2021-22, deberán aportar un certificado que acredite una discapacidad de al menos del 33%.

Es cierto que los trastornos del neurodesarrollo no van a valorarse como una discapacidad, entre otras cosas porque ningún organismo incluye estas dificultades entre las causas de discapacidad y porque las personas disléxicas y con otros trastornos del neurodesarrollo no son discapacitados.

Sin embargo, por su vulnerabilidad educativa si cumplen los criterios de necesidades educativas específicas, que se contemplan en la LOMLOE, por el importante impacto que tiene en la correcta adquisición de las competencias necesarias en el proceso correcto de escolarización.:

Por todo lo expuesto, solicitamos la inclusión de los Trastornos del Neurodesarrollo para las ayudas al estudio y promoción educativa con el único requisito, además de los baremos económicos, de la acreditación a través del diagnóstico profesional y sin tener que acreditar el 33% de discapacidad por ser este requisito improcedente en los mencionados trastornos.