Mi nombre es Noelia, soy la madre de Martín, un niño de nueve años al que han tardado hasta que cumplió los 6 en diagnosticarle dislexia y TDAH, algo que ha supuesto muchísimos obstáculos en su vida educativa. 

Martín tardó muchos años en aprender a andar, expresarse e incluso a hablar, era algo que notamos en casa y también en la escuela, donde nos decían que se trataba simplemente de un retraso madurativo, por lo que no no proponían pruebas que nos ayudaran ni nos permitían que mi hijo repitiera curso.

Con el tiempo esto se agravó hasta el punto de darnos cuenta de que perdíamos el tiempo, Martín acudía a clase pero no podía seguir el ritmo de las materias. ¿Cómo va a hacerlo sin saber leer o escribir?. La situación era insostenible y tuvimos que plantarnos.

Después de meses de insistencia conseguimos que Martín le hiciera las pruebas pertinentes para estar seguros de qué le pasaba y saber cómo apoyarle y adaptar la escuela a sus necesidades. El diagnóstico fue TDAH y dislexia, suponiendo un desfase curricular de dos años.

¿Cómo es posible que nadie en la escuela hubiera sospechado o sabido que Martín tenía esta condición y las necesidades que conllevan? Así es imposible que la escuela pública se convierta en un lugar inclusivo.

Quiero dirigir esta campaña a los políticos de la Asamblea de Madrid, ya que son los representantes de mi Comunidad, para preguntarles cuándo se formará a los profesores para que estén capacitados para detectar casos de alumnos con necesidad de un refuerzo educativo y así poder adaptar el temario para ellos.

El TDAH o la dislexia  no son los únicos trastornos que suponen la necesidad de refuerzo educativo, en todas las clases hay por lo menos un alumno que los necesita, ¿por qué no le prestamos la atención que precisan?.

Martín hoy por hoy está en tercero de primaria pero está estudiando las materias correspondientes a dos cursos anteriores porque no pudo repetir a tiempo, muchas veces se siente desplazado de los demás compañeros. Esto no es la inclusión.

Debemos trabajar para hacer una sociedad inclusiva y en la que todos veamos cubiertas las necesidades que nuestras condiciones crean, todo esto empieza por una educación adecuada y adaptada.

Los profesores deberían ser capaces de detectar este tipo de casos cuando se dan en el aula para agilizar el trámite de conseguir un diagnóstico y adaptar su vida educativa a sus necesidades. Firma y comparte la campaña para que nos escuchen