Pregunta para Asamblea de Madrid
El maltrato físico de padres a hijos ha dejado de normalizarse en la mayoría de los hogares, pero… ¿cuándo se empezará a visibilizar la violencia psicológica?
Mi nombre es Ainhoa y he sido víctima de maltrato infantil, al igual que muchos otros de mis compañeros.
Normalmente solo notificamos síntomas de violencia física cuando ya es demasiado tarde, pero nadie tiene en cuenta el bagaje psicológico que hay detrás de eso. Podríamos decir que las marcas de violencia física son la punta de un iceberg, y la gran mayoría del bloque queda sumergido bajo pautas de educación que tradicionalmente han sido aceptadas en el ámbito intrafamiliar. Estas dinámicas educativas no suelen revisarse porque socialmente se les otorga validez apoyándose en el criterio de educación particular de los progenitores. Los ejemplos más notorios podrían ser “esto es lo mejor para ti, lo sé porque soy tu padre/madre” o “todo lo que hago es por tu bien, ya lo entenderás”.
No negamos que los padres tiendan a hacer lo que creen mejor para sus hijos, el problema surge cuando su preocupación excede el límite de la educación y la crianza de los infantes se basa en una imposición de criterios y normas estrictas. Estas dinámicas educativas perjudican al desarrollo normal madurativo del infante y adolescente, y pueden afectar tanto a nivel intrapersonal como en sus relaciones sociales. Es relativamente fácil que conduzcan a problemas de ansiedad social, auto exigencia extrema y tipos de apego desorganizado, ansioso o evitativo, con gran carga de dependencia emocional y búsqueda de figuras de autoridad en sus relaciones a las que someterse. Además de los problemas de salud mental derivados, dificulta la salida del infante al mundo fuera de la burbuja de su hogar a la hora de enfrentarse a problemas externos y aludir a su propia responsabilidad.
No detectar y visibilizar estos problemas a tiempo facilita que el individuo maltratado tienda a repetir los mismos patrones.
Somos conscientes de que es muy complicado denunciar un ambiente tóxico y más cuando se trata del ámbito familiar donde habitas y del que dependes. Sin embargo, conlleva el riesgo de interiorizar cierto tipo de conductas abusivas o perjudiciales y convertirlas en rutina.
Casos de maltrato psicológico infantil se dan en nuestra sociedad a diario sin ningún tipo de consecuencia; está tan invisibilizado que normalmente el ataque ocurre contra el denunciante y no contra el agresor, invalidando a los infantes y adolescentes por su edad y los clichés establecidos en su franja de edad.
Por todo esto quiero dirigirme a la Asamblea de Madrid para pedir que se visibilice este tipo de maltrato que afecta sobre todo a muchos infantes y adolescentes. Necesitamos campañas de concienciación sobre la violencia psicológica en el hogar para poder conocer y prevenir esta realidad.