Mi nombre es Nuria, tengo 21 años y llevo con ansiedad patológica desde los 10.  Al principio mis padres pensaban que podía tener problemas respiratorios relacionados con alguna enfermedad física. Sin embargo, después de muchas pruebas médicas, me derivaron al psicólogo de la Seguridad Social. Por aquella época, ni yo ni mi familia relacionamos el problema con la ansiedad, siempre pensamos que iba allí porque simplemente no sabía respirar bien. Incluso llegó un punto en el que parecía que me había “curado” y me dieron de alta.

Debido a la falta de atención psicológica pasé toda mi adolescencia pensando que no encajaba en ningún lado ya que nadie me entendía. Siempre he pensado que lo que yo sentía era muy diferente a lo que podía sentir el resto, pero no sabía el por qué. Llegué incluso a convivir con el acoso que sufrí por parte de un compañero durante los años de instituto porque veía que los demás también se reían de las cosas que me decía. En aquella época invalidaba mucho mis sentimientos porque pensaba que, muchas veces mis emociones no se correspondían con las del resto de la gente, así que cuando la mayoría se reía de algo creía que la que fallaba era yo. 

Cuando cumplí los 18 decidí ir al psicólogo por mi cuenta y ahí fue cuando me diagnosticaron ansiedad patológica. Gracias a esto he empezado a conocerme un poco mejor y a aceptar mis emociones. Creo que ir al psicólogo ha sido algo esencial para mí y todo el mundo debería de poder tener acceso a ello.

Actualmente pago 40 euros semanalmente por sesión porque por la Seguridad Social solo se ofrece un tratamiento para la ansiedad a base de medicamentos. En mi caso, hago un esfuerzo económico, pero soy consciente de que no todo el mundo puede hacerlo. Creo que lo esencial sería proporcionar un acceso a la atención en salud mental público y gratuito para todo el mundo. 

El gran problema es que la sociedad todavía no está concienciada de la importancia de cuidarse psicológicamente. En mi caso, la ansiedad me provoca un miedo irracional y constante a que algo malo pase. Aún sabiendo del problema, he recibido muchos comentarios diciendo que exagero, que no sé gestionar mis emociones, que tengo muchas manías o incluso que voy a terapia por “moda”. 

Con esto quiero decir que, la concienciación y sensibilización sobre las enfermedades de salud mental es esencial para normalizar el problema y buscar soluciones. Si estás pasando por algo similar, déjame que te diga que buscar ayuda es necesario. No debes de tener vergüenza por sufrir ansiedad o depresión. La salud mental es igual de importante que la física y se debería de tratar como tal. 

Por eso desde aquí me dirijo al Congreso de los Diputados para pedir que se tomen medidas para proporcionar un acceso a la atención en salud mental público y de calidad. Además de tomar consciencia desde las instituciones sobre el problema que envuelve a las enfermedades de salud mental y sensibilizar sobre ello.