La sexualidad es una esfera de la vida humana más y, como tantas otras, no se nace sabiendo. Es una formación que se lleva a cabo a lo largo de toda la vida. 

Como todo proceso de aprendizaje, la sexualidad, se va desarrollando con las experiencias propias y ajenas, que asumimos como conocimientos y expresamos en las conductas. 

Cuando la información recibida sobre sexualidad no está bien reglada, esa formación se obtiene mediante referentes que no siempre son los adecuados. A causa de ello, en los últimos años están aumentando los casos de Infecciones de Transmisión Sexual, así como las situaciones de machismo, homofobia y transfobia, que son realidades con las que cada día convivimos. 

Es entre los jóvenes y adolescentes donde estos datos son más alarmantes. Debido a su etapa vital y a su falta de información se exponen a más conductas de riesgo.  

Ante tal situación, la Educación Sexual Integral se muestra como la mejor, por lo decir la única, medida para mejorar la situación que acontece la sociedad con respecto a la sexualidad. Hay que destacar su importancia en las aulas porque está demostrado que los jóvenes bien informados toman decisiones más seguras, saludables y respetuosas.