Para contar con nuestros votos hay que respetar la dignidad de nuestro pueblo y su gente.
A nosotras y nosotros nos gusta ir de cara, de frente. Y si fuimos decisivos para echar a Yolanda Barcina (UPN) del gobierno de Nafarroa, a Enrique Maya del Ayuntamiento de Iruñea (UPN) y a Javier Maroto (PP) del Ayuntamiento de Gasteiz no creemos que deba caber duda alguna sobre nuestra determinación para mandar al PP al basurero de la historía. Lo hicimos y lo haremos, si está en nuestra mano, porque creemos que frente a un partido que ha pisoteado los derechos de la gente y ha arremetido contra nuestro autogobierno nuestro deber es colaborar a poner fin a este periodo oscuro. Si está en nuestra mano Mariano Rajoy o cualquier sustituto o sustituta de sus propias filas será história. Por puro antagonismo político.
Pero de igual manera decimos que si alguna otra formación espera de EH Bildu una actitud colaborativa o de voto positivo, debe aceptar que nuestra voluntad de acabar con el régimen y sus políticas y sus partidos columna (los del bipartidismo...) es para nosotros y nosotras la cuestión central.
Deben saber que aquí hay un pueblo digno con miles de hombres y mujeres en pie que reclaman que se respete nuestra mayoria de edad para decidir que queremos organizar todos los planos de nuestra vida y como queremos relacionarnos o no con otros pueblos y naciones.
Tambien en Euskal Herria la crisis ha dejado un reguero de pobreza, exclusión, vidas rotas y futuro robado que, si queremos podemos empezar a revertir aquí y allí. Con procesos constituyentes propios, diferentes pero colaborativos. Es pues una mano tendida para una cambio real y profundo, no una mero recambio estético.
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