En primer lugar toda nuestra solidaridad y apoyo hacia la lucha por la dignificación de las condiciones laborales de las trabajadoras de las residencias de Bizkaia. Nuestro compromiso con su dignidad seguirá la línea de la senda iniciada por EH Bildu en la pasada legislatura en la Diputación de Gipuzkoa. Porque no olvidamos que la dignidad y el buen trato a nuestras personas mayores pasa fundamentalmente por el esfuerzo y el trabajo de quienes desempeñan estos trabajos. Estamos hartos de ver como tambíen en los cuidados, hay quien solo busca negocio y dinero por encima de las personas y su dignidad.

Todas las personas atravesamos periodos vitales en los que requerimos cuidados, y nadie quiere que la persona que le habrá de dispensar estos cuidados trabaje en condiciones precarias, en jornadas con turnos interminables, sin días libres y sueldos ínfimos. EH Bildu demostró que incluso sin la gestión directa de la red de residencias, un gobierno se puede implicar para mejorar las condiciones laborales de quienes desempeñan servicios públicos esenciales como el de las residencias y centros de día a través de diferentes empresas. Tanto fue así que la patronal Adegi llegó a denunciar al Diputado de Política Social, Ander Rodriguez, porque no concebían que por primera vez un gobierno se inmiscuyese para garantizar derechos de las trabajadoras de contratas.

Pero nuestro horizonte es, tal y como hicimos en Gipuzkoa con la creación del organismo Kabia, gestionar públicamente un servicio tan fundamental como el de los cuidados, tanto para garantizar la universalidad como la calidad de esos cuidados, pero también desde luego para blindar los derechos de las trabajadoras de este colectivo feminizado, invisibilizado y precarizado.

Al igual que decía en la anterior pregunta sobre pensiones, dignificar los derechos de las trabajadoras de residencias de Bizkaia es cuestión de voluntad política más que de presupuestos. Y no vale lavarse las manos desde la administración porque como ya he expresado, EH Bildu demostró en Gipuzkoa que se puede estar con las trabajadoras y poner los medios para garantizar sus derechos laborales, en vez de hacer lo que hacen habitualmente gobiernos como el de la Diputación de Bizkaia en manos del PNV, dejar forrarse a las patronales explotando a trabajadoras que desempeñan tareas fundamentales para la sostenibilidad de la vida.