Tras más de 400 días de torturas y violaciones, Sultana Jaya llega a España para ser atendida por necesidades médicas urgentes
El pasado mes de noviembre Raabub Mohamed Lamin lanzó una campaña en osoigo para denunciar la situación que estaba viviendo la activista saharaui Sultana Jaya, quien llevaba un año siendo torturada y violada por las autoridades marroquíes.
A principios de 2022, en los canales de osoigo se celebró un encuentro con varios activistas y una eurodiputada dispuesta a hablar de la situación del Sáhara Occidental y de sus ciudadanos. En esta ocasión, Raabub pudo exponer también la vulneración de derechos que estaban sufriendo los y las activistas saharauis, haciendo mención especial a Sultana.
Desde principios de junio, Sultana está en España siendo atendida por profesional sanitario dado a las secuelas de salud que son consecuencia de las constantes agresiones (de todo tipo) que llevan sufriendo ella y su familia durante más de 400 días.
La reivindicación de todos y todas las activistas saharauis para ayudar a Sultana a salir del infierno que estaba viviendo han tenido éxito y, ahora, ella está a salvo. No obstante, en la entrevista que dio a Público, destaca que su madre y su hermana siguen sufriendo esa vulneración de derechos humanos y que el pueblo saharaui necesita de ayuda y acción internacional, más que nunca.
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Hola, me llamo Raabub y soy médico saharaui con nacionalidad Española. El pasado mes, fui a una misión médico-jurídica en El Aaiún para visitar a Sultana Jaya y comprobar su situación en cuanto al cumplimiento de los derechos humanos. Escribo en osoigo para denunciar la situación de vulneración de derechos humanos y para pedir por favor ayuda a las instituciones. Es muy urgente hacer algo para acabar con el calvario que están sufriendo Sultana y su familia.
Sultana es una activista saharahui en arresto domiciliario extrajudicial desde hace meses (más de 360 días). Ha denunciado en varias ocasiones que tanto ella como su hermana fueron víctimas de agresiones físicas, verbales y que sufrieron diversas violaciones por parte de unos “supuestos” agentes de policía, quienes vestían de paisano y abordaron la vivienda donde se encontraban ambas. También, han manifestado que una madrugada entraron en su casa y que con las manos húmedas les taparon la boca y la nariz hasta casi asfixiarlas. Pocos días después Sultana y su hermana enfermaron de Covid19 con síntomas muy graves, aun así se les negó la atención hospitalaria. Hace apenas unos días, las autoridades volvieron a irrumpir en la vivienda y les inocularon algún líquido que les dejó con un cuadro de mareo, vómitos y, al mismo tiempo, fueron brutalmente agredidas.
Yo pude ver con mis propios ojos el trato de las autoridades marroquíes, ya que tanto a mí como a dos abogadas españolas enviadas el pasado mes para controlar la situación que está viviendo Sultana nos expulsaron del territorio del Sáhara Occidental. Fuimos obligadas a volver a España tras intentar, sin éxito alguno, pasar los controles del aeropuerto saharaui y recibiendo constantes agresiones e increpaciones por parte de policías vestidos también de paisanos.
Sultana quiere que su situación sea escuchada por los organismos institucionales a nivel internacional, por este motivo está haciéndonos llegar vídeos en los que cuenta de una forma muy valiente y detallada todo lo que está sufriendo y cómo están violando absolutamente todos sus derechos como ser humano. Las instituciones no deberían mirar hacia otro lado, deberían hacer todo lo posible para cambiar esta situación.
También, estoy en constante contacto con la familia de la activista y, esta semana, he conseguido hablar con su madre, una mujer mayor de 80 años. Estaba destrozada y me ha trasladado lo duro que es ver cómo sus hijas están sufriendo tortura física y psíquica desde hace más de 360 días. “Me duele más la indiferencia internacional, están gritando al mundo lo que está pasando y nadie hace nada”, me ha dicho.
En mis redes sociales he compartido estos vídeos que les animo a que los vean. También, pido a todo el que esté leyendo este texto que apoye esta campaña y la difunda todo lo que pueda para conseguir hacer ruido y que los organismos políticos europeos nos escuchen. Sultana necesita ayuda, ¡No podemos abandonarla!