Pregunta para Asamblea de Extremadura
Ser mujer y migrante no debería estar reñido con tener una buena calidad de vida. ¿Por qué se nos niega o se nos ponen miles de trabas para vivir dignamente? ¿Piensan hacer alguna cosa para acabar con esta discriminación tan injusta?
Soy Perla Cuello y vivo en Cáceres desde hace casi 4 años. Escribo este texto en osoigo para contar algunos ejemplos de lo que sufrimos las mujeres inmigrantes en nuestro día a día. Voy a contar una mala experiencia con el servicio ginecológico, donde muchas veces se trata a las mujeres con poco respeto ejerciendo violencia ginecológica sobre nosotras. Además, aprovecho esta campaña para visibilizar las trabas médicas, sociales e incluso laborales que sufrimos las mujeres a las que además se nos añade el estigma de migrantes.
Recién llegada me empecé a sentir mal con grandes dolores menstruales y en los pechos. Fui al hospital de Don Benito en ese momento y me dijeron que no me podían atender aún con un seguro médico que traía que me cubría. Fui a una asociación que se llama “mujeres en zona de conflicto” y ellas como mediadoras lograron que me atendieran de urgencia. Una señora me revisó y me metió la mano en la vagina como una salvaje. Yo andaba con tanto dolor que asumí que era “normal”. Esta “ginecóloga” me trató tan mal y me hizo sentir tan pequeña…De hecho, mientras me atendía yo escuchaba como ella decía cosas a otras personas como, por ejemplo: “vienen a España para que las curemos”, “aprovechadas y oportunistas”. En medio de todo esto, yo no dije nada, porque acababa de llegar a España con un dolor de vientre inmenso y no me sentía con fuerzas para contestar. Aquí vemos un claro ejemplo de cómo se nos trata a las mujeres migrantes en un ámbito tan importante como es el sanitario.
El hecho de ser mujer y migrante dificulta mucho las cosas en todos los aspectos. Otro caso que sufrí fue hace no mucho tiempo en Cáceres. Fui al centro de salud a pedir cita con el ginecólogo y me la dieron para cuatro meses después. La enfermera que me atendió lo hizo de mala manera. Yo sé que no soy española, ni pretendo serlo, pero respeto a la gente como me gusta ser respetada, no venimos a pedir nada ni a aprovecharnos de nadie.
Nosotros, los inmigrantes, no venimos a quitar nada a nadie. Venimos a luchar, huyendo de la violencia que impregna nuestros países y salimos porque buscamos nuevas oportunidades. Las mujeres migrantes somos personas buenas que no tenemos nada que ver con la opinión social que hay sobre nosotras. Tenemos ganas de trabajar, de disfrutar, de ayudar y, sobre todo, de vivir dignamente, que es por lo que luchamos cada día.
Las trabas más comunes son en el mundo laboral, ser mujer y migrante es difícil, se nos denigra por nuestro origen y los trabajos que realizamos la mayoría están en el ámbito de la limpieza y ayuda a domicilio. Estos son trabajos mal pagados y muy duros y hacemos eso para poder sobrevivir. Somos racializadas hasta para alquilar un piso, cosa que es un derecho básico y fundamental de toda persona. ¿Por qué se nos niega o se nos ponen miles de trabas y peros para vivir dignamente? ¿Piensan hacer alguna cosa para acabar con esta discriminación totalmente injusta?