Somos Potencial Can, una asociación de Cádiz que tiene como objetivo dar más visibilidad y encontrar familias para los mal llamados perros potencialmente peligrosos (PPP). Son perros de ciertas razas que se caracterizan por su fuerza, pero el hecho de que se puedan volver más o menos peligrosos no depende de ellos, sino de sus dueños y de las vidas que les han dado.

El desconocimiento y los prejuicios de la sociedad hacia estos perros, además de una ley que lo pone todavía más difícil, hace que sean las razas más discriminadas, lo que dificulta mucho encontrarles familias.

La famosa Ley PPP, aprobada hace casi 30 años, está totalmente desactualizada. Tiene en cuenta aspectos físicos como la mandíbula, pero también otros tan absurdos como que tengan el pelo corto. De hecho, el responsable de crear esta ley fue un criador de pastores alemanes. Curiosamente, el pastor alemán no es considerado PPP en España. ¿Acaso un perro así no puede morder y hacer daño como lo podría hacer un pitbull?

Otra incongruencia de la Ley PPP es que las razas consideradas como tal dependen de cada Comunidad Autónoma. Por ejemplo, un doberman es considerado PPP en Andalucía, pero en la Comunidad de Madrid no. No tiene ningún sentido que un perro se considere potencialmente peligroso o no dependiendo del lugar de residencia de su propietario.

La Ley PPP obliga al propietario a tener un certificado que se obtiene a través de un test psicotécnico. El problema es que las preguntas de este test no suelen estar muy orientadas a la capacidad de alguien para tener un perro así y no profundizan para nada. Si la persona que evalúa fuera un etólogo o un educador canino, los certificados tendrían muchísima más fiabilidad y validez.

Ante esto, queremos dirigirnos al Congreso de los Diputados para que eliminen la Ley PPP y creen una nueva normativa que regule estos casos, pero no metiendo a todos los perros de ciertas razas en un mismo saco, sino analizando cada caso y teniendo en cuenta tanto al perro como al propietario. Además, esta ley debería ser homogénea y aplicarse de la misma forma en todo el territorio español.

Lo que hace esta ley es básicamente fomentar el racismo, discriminar a perros que no tienen la culpa de haber nacido con ciertas características físicas. Es evidente que son perros con mucha fuerza y no todo el mundo puede tenerlos. Por eso mismo se debería vigilar mucho más con quién los tiene. No existen perros peligrosos, sino propietarios peligrosos.