Pregunta para Parlamento de Andalucía

¿Hasta cuándo tendremos que sufrir agresiones homófobas? ¡MÁS EDUCACIÓN SEXUAL EN LAS AULAS!

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Rafa Trabado Pregunta de Rafa Trabado

¡Hola! Mi nombre es Rafa y quiero denunciar el acoso que sufrimos desde la etapa adolescente los jóvenes del colectivo LGTB. Hace una semana, dos individuos me dieron una paliza en la salida del tranvía y esto es solo la punta del iceberg de una situación que sufrimos las personas LGTB desde pequeñxs.

He vivido en Sevilla durante 22 años hasta estos últimos meses que he emigrado a Dublín. Tuve una infancia normal, pero todo cambió cuando comencé la secundaria. A partir de entonces, me sentía más solo porque no me gustaba jugar a fútbol. Tenía solo un par de amigos que estaban conmigo casi siempre, menos cuando preferían jugar con la pelota. 

En esa época también recibí acoso por parte de varios chavales que, a día de hoy, son neonazis. Además, durante esos años las personas del colectivo solíamos tener muy pocos referentes durante la adolescencia y a las pocas personas famosas que salían del armario se les ridiculizaba, lo que dificulta esta etapa.

El acoso escolar no es lo único. Durante mi etapa en Sevilla tuve que soportar comentarios por la calle. Por ejemplo, mientras paseaba con una pareja por la calle, un matrimonio nos llamó la atención por ir agarrados de la mano delante de su hijo… ¡En una vía pública! Esto es a lo que se enfrenta una persona LGTB en nuestro país por el hecho de ser del colectivo.

El peor episodio fue hace una semana. Estoy conociendo a un chico en Dublín y me invitó al teatro a ver el cascanueces. Después, fuimos a tomarnos unas pintas y estirando el tiempo al máximo me acompañó para que cogiera el último tranvía. Allí, en la estación, estábamos abrazados, nos reíamos y nos besábamos cuando de repente dos individuos comenzaron a insultarnos. Nosotros seguimos a nuestro rollo, pero…Me monté en el tranvía sin darme cuenta de que ellos también iban.

Llegué a mi parada y justo en la esquina uno de ellos me pidió tabaco. Pensé que era una casualidad. Me dispuse a darle un cigarro y en ese momento apareció el otro chico corriendo, quién me empujó al suelo. Me quitaron la riñonera y me pegaron una paliza. Solo recuerdo levantarme dolorido y con todas mis pertenencias. La paliza había sido por el gusto de pegar a un maricón.

No se debe tolerar el odio. Soy maestro y, desde el minuto uno que empecé a estudiar, quiero la dedicarme a la educación sexual, con la intención de que los niños y niñas LGTB no pasen por los tormentos que muchas (o casi todas las) personas LGTB hemos pasado. Siempre habrá gente machista, racista… pero los niños tienen que encontrar un choque de realidad al llegar a la escuela.

Las instituciones tienen un papel fundamental en el ámbito educativo. Por eso, pido al Parlamento de Andalucía que corte radicalmente con el discurso de odio y se deje de decir que la educación sexual se enseña en casa. ¡No puede ser que la escuela sea un sitio donde no se defiendan los derechos humanos! 

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