Pregunta para Senado
La ley de Homologación de títulos universitarios extranjeros en España no funciona. Mientras, miles de odontólogos con título extranjero seguimos a la espera de ejercer. ¡Escuchen nuestras propuestas!
Mi nombre es Raúl, soy argentino, tengo 54 años y soy odontólogo. A finales de 2019, junto a mi esposa, también odontóloga, y nuestros dos hijos, emigramos a España, nuestra madre patria, en busca de un futuro mejor para todos, pero especialmente para nuestros hijos.
Nuestras maletas viajaban livianas de objetos personales, pero cargadas no solo de ilusiones, sino también de legalidad. Como familia, llegamos con todos los papeles en regla, y por ello, en poco tiempo teníamos nuestros documentos, los títulos de bachiller, carné de conducir, etc., homologados. Sin embargo, no fue así con la homologación de nuestros títulos que certifican la formación en nuestra profesión. Nos chocamos con una realidad que, aunque ya sabíamos que era difícil, nunca pensamos que por diferentes intereses, fuera a ser imposible.
Han pasado más de cuatro años desde que llegué a España y sigo sin poder ejercer mi profesión por la tardanza y la mala gestión en todo el proceso de homologación. Todos estos años, hemos hecho de todo para sobrevivir. En mi caso, llevo más de 3 años siendo pintor autónomo. Debido a toda esta situación, que no solo me afecta a mí, sino a miles de migrantes, y cada día, con la idea fija de volver a ser lo que soy, comencé a pensar en una propuesta que quiero exponer en este escrito. Pido disculpas si alguien anteriormente propuso algo parecido, mi única intención es seguir insistiendo en que se reconozcan nuestras profesiones y se nos permita vivir dignamente y desarrollarnos profesionalmente, al igual que el resto de las personas.
Dicha propuesta es la siguiente:
PRIMERO: es necesario modificar la Ley de Homologaciones ya que esta ha quedado en desuso debido a que parece que existen diferentes presiones para no cumplirla.
SEGUNDO: que el condicionamiento en las resoluciones favorables no sean materias que rendir, sino máster a realizar, para lo cual primero se debería otorgar una homologación provisoria que nos permita trabajar, vivir de lo nuestro y afrontar los costes de los másteres. Con esto eliminaríamos el problema con las universidades y dejaríamos atrás la incertidumbre y la dependencia sobre si estas abren mesa de examen o no.
TERCERO: que los programas de los másteres coincidan con los programas de las materias de grado de odontología de las Universidades españolas, y que al finalizar no solo sea un requisito cumplido, sino que se nos otorgue ese título legal y económicamente ganado.
CUARTO: que con la homologación provisoria podamos ejercer solo en poblaciones o pequeñas ciudades de X cantidad de habitantes donde más haga falta atención, poniendo así nuestro grano de arena para la España con menos habitantes, también llamada España Despoblada.
Con todo lo aquí plasmado, quiero dirigir esta campaña a los representantes del Senado para que revisen esta problemática y tengan en cuenta nuestras propuestas. Con esta campaña, quiero hacer hincapié en que es necesario y urgente que se cumpla la ley y se me respete como persona y profesional que cumple la ley, y, por lo tanto, que todas las instituciones, colegios, universidades a través de sus autoridades con nombre y apellido, puedan expresarse a favor o en contra del cumplimiento de la Ley de Homologaciones y fundamenten su opinión, o presenten respetuosamente alternativas. Hasta entonces, ya que no está en mis futuros planes dejar de reclamar legalmente por lo que soy, seguiré luchando por una homologación justa.