Me llamo Rocío y hace dos meses y medio que me operaron de un cáncer de ovario. Vivo en Murcia con mis dos hijos y con mi marido. En concreto, hace 16 meses que di a luz a mi hija pequeña. Después de esto, acudí a consulta con el ginecólogo porque notaba que el embarazo y el parto me habían dejado el suelo pélvico tocado. Fue durante esta revisión cuando los médicos vieron que mi ovario derecho estaba tapado por un tumor. De primeras no lo encontraban, después constataron que había una masa tapándolo.

En este momento, me derivaron a la Unidad de Oncología donde confirmaron que lo que invadía el ovario era un tumor. Me hicieron diversas pruebas y vieron que la masa estaba encapsulada dentro del ovario. Esto fue bueno, porque aunque el tumor crecía muy rápidamente, no pudo ramificarse. Me programaron la operación para quitarlo y el día que tenían que hacerme la intervención me avisaron que tenía que posponerse porque la operación anterior a la mía se había retardado. Esto fue muy duro, porque reviví todo el proceso de nervios y preparación durante diez días más. Cuando finalmente me operaron, el 4 de diciembre del 2020, los médicos decidieron quitarme no solo el ovario sino toda la parte derecha del aparato reproductor, ya que el tumor había pasado de medir 5,2 cm el día que lo detectaron a 8,6 cm cuando me abrieron.

El 5 de enero fui a hacerme una revisión y me confirmaron que todo está bien, que no hay síntomas de que haya células cancerígenas que se hayan quedado dentro de mi cuerpo. No he tenido que hacer tratamiento de ningún tipo porque lo detectaron muy a tiempo. Ahora estoy esperando que me den el alta total y tengo la próxima revisión dentro de cuatro meses. Estoy muy contenta con el trato que me han dado en el hospital donde me han atendido y con la rapidez con que me han tratado.

Este tiempo de enfermedad me ha servido para percibir que el cáncer de ovario es muy común pero está poco reconocido en el ámbito social cómo lo está, por ejemplo, el cáncer de mama. Psicológicamente es muy duro asimilar y superar las consecuencias de una enfermedad de este tipo. Es tu órgano femenino el que está afectado y que seguramente va a desaparecer o dejará de funcionar debido a la enfermedad, es dónde creas vida. Considero que a veces la 'gente de a pie' da frivolidad y poca importancia al tema, sobre todo si ya has tenido hijos. Este tipo de cáncer se erradica pronto pero psicológicamente toca mucho.

Es por este motivo que me dirijo a los políticos de la Asamblea Regional de Murcia, ya que son quienes me representan, para preguntarles si tienen previsto invertir más recursos en el tratamiento psicológico de las mujeres que padecen cáncer de ovario para así potenciar un buen acompañamiento y si se tiene en mente fomentar campañas de concienciación ciudadana sobre la gravedad de esta enfermedad.