Pregunta para Asamblea de Extremadura

Pido más detección precoz, más información para los pacientes oncológicos, menos soledad y, en definitiva, más recursos destinados a la Sanidad Pública. ¿Será esto posible?

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Hola a todos, 

Lo primero de todo, gracias por llegar hasta aquí, y estar leyendo estas líneas. Significa mucho para mí. Para los que no me conozcáis, mi nombre es Rosa, tengo 38 años y os estoy escribiendo desde Badajoz. ¿Por qué estoy hoy aquí, contando mi historia? Os preguntaréis, quizá… Y bien, porque hace poco más de un año me diagnosticaron un linfoma de Hodgkin. Tras todo un tratamiento con sus correspondientes sesiones de quimioterapia, la incertidumbre, los temores y los efectos secundarios, puedo decir que conseguí que el cáncer remitiera. 

Todo empezó con una ronquera y afonía aguda que de inicio los médicos asociaron a nervios y estrés. Llegaron a atiborrarme a ansiolíticos para paliar estos efectos. Pero al ver que no había mejoría, decidí acudir a un otorrino privado. Él vio que tenía la cuerda vocal izquierda paralizada, aunque no se veían pólipos ni ganglios inflamados. Un tac confirmaría más tarde la presencia de un linfoma de Hodgkin en el mediastino. Recibí el diagnóstico en febrero de 2020, y el primer día del célebre confinamiento, ingresé para una biopsia, y allí pusieron “nombre y apellidos” al linfoma. Linfoma de Hogkin de grado 1. A partir de ahí pasé al tratamiento. Me sometí a 8 sesiones de quimioterapia, tras las cuales la enfermedad remitió completamente. 

Sin duda fueron semanas duras. Y aunque he de admitir que la pandemia no ha repercutido negativamente ni en el diagnóstico ni en el tratamiento, sí lo ha hecho en el plano más emocional. La soledad lo ha inundado todo en las salas de oncohematología. Sesiones de quimioterapia en absoluta soledad son difíciles de sobrellevar.

Cuando te diagnostican cáncer, te avasallan las dudas. Desconoces los tratamientos y sus efectos, ignoras cómo reaccionará tu cuerpo, y asumir todo eso de forma individual puede ser aún más duro. Sobre todo cuando también tienes que presenciar esta misma realidad en otros pacientes. Mi pregunta es: ¿Por qué? ¿Por qué el paciente siempre tiene que remar a contracorriente? Lo advertí con mi diagnóstico, teniendo que acudir a un otorrino privado y conocido, quien “metió mano” para que se agilizasen los procesos. Lo volví a ver una vez superada la enfermedad, cuando me enteré, sin que nadie me lo hubiera comunicado anteriormente, que la Seguridad Social cubre la cirugía estética por razones oncológicas. 

El paciente tiene que preguntar mucho y asentir poco. Y por ello quiero pedir más detección precoz, más información para los pacientes oncológicos, menos soledad y, en definitiva, más recursos destinados a la Sanidad Pública. ¿Será esto posible?

Desde aquí hoy quiero que mi experiencia enriquezca, ayude y apoye a toda persona que pueda estar pasando por una situación similar. Por eso os pido apoyo y difusión, para que firméis y difundáis esta campaña, poniendo en valor los recursos de la Sanidad Pública, algo que puede ser tan trascendental en nuestras vidas y nuestra salud. Y también quiero dirigirme desde aquí a nuestros representantes políticos en la Asamblea extremeña, para plantearles lo siguiente: ¿Cuándo se priorizará en la detección precoz y la atención a los pacientes en condiciones totalmente dignas? Estaríamos dando un gran paso en favor de la prevención y la vida. 

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Pregunta dirigida a: Asamblea de Extremadura