Pregunta para Congreso de los diputados
He superado una Leucemia Promielocítica Aguda; de las que tiene mejor pronóstico gracias a la investigación. Considero que toda la gente con cáncer debería tener la misma suerte que tuve yo. ¿Por qué no se destinan más recursos a la investigación?
Me llamo Rosa, vivo en Valencia y con 28 años me diagnosticaron una Leucemia Promielocítica Aguda. Hacía aproximadamente un mes que me salían moratones en las piernas. Aunque yo en aquel momento practicaba 'Crossfit', no me cuadraban. Estuve un tiempo sin darle demasiada importancia pero yo tenía la sensación de que esto no era normal. Me encontraba bien, pero llegó un día que decidí ir a Urgencias porque después de entrenar me salió un moratón en la mano. Me pareció extraño porque había estado haciendo halterofilia y pensé que si estuviera relacionado con esto, debería de tener las dos manos moradas. Además se me hinchó un poco un dedo y me dolía.
La mañana siguiente fui al hospital. Me hicieron una analítica y al cabo de unos 40 minutos me avisaron de que prácticamente toda la analítica estaba alterada y de que tenía que quedarme ingresada en el hospital. Llamaron al hematólogo y cuando llegó, me avisó de que me trasladaban al Hospital de La Fe, ya que yo había ido a uno de privado. También me informaron que creían que podría tener Leucemia Promielocítica Aguda. Me trasladaron y me repitieron las pruebas. También me dieron las primeras pastillas por si se confirmaba el diagnóstico, ya empezar con el tratamiento. El día siguiente me hicieron una punción de médula ósea y me confirmaron que la leucemia que padecía era la que sospechaban. Los momentos antes de saberlo fueron de bastante angustia, ya que me habían hablado de muy buen pronóstico si se trataba de la leucemia en cuestión pero entonces me planteaba qué pasaría si al final no se trataba de la misma.
Empecé con el tratamiento. Me suministraban medicamento mediante un gotero y también tomaba pastillas. No era quimioterapia y es por esto que no tuve los efectos secundarios físicos que te deja el tratamiento en cuestión. Estuve un mes combinando las dos cosas. En total estuve cinco semanas ingresada. Después de esto, me dejaron ir a casa a descansar y cuando volví empecé con el tratamiento durante cuatro semanas y después cuatro semanas de descanso. Durante el proceso, tuve una complicación de hinchazón del hígado y la cortisona también provocó que ganara peso. Las navidades las pasé en casa y el día 3 de enero volví para empezar la segunda tanda de tratamiento, que ya la recibía en el hospital de día.
Acabé el último gotero el 24 de junio de 2020 y las pastillas 15 días más tarde. Entonces me practicaron otra punción de medula y vieron que todo estaba bien. Actualmente estoy en remisión. Tengo revisiones cada tres o cuatro meses y ya no tomo medicación. Volví a hacer 'Crossfit' después de un mes o un mes y medio de terminar con el tratamiento. Sigo de baja en el trabajo por la relación entre estar viviendo una situación pandémica y el hecho de que yo haya padecido una enfermedad inmunodepresora.
Considero que es muy importante que la suerte que he tenido yo, de haberme curado y de que ya desde el principio me anunciaran que mi leucemia tenía un buen pronóstico, tendría que tenerla todo el mundo que tiene cáncer. El buen pronóstico de mi enfermedad viene dado por la investigación que se le ha dedicado. Según me explicó el médico, hace treinta años la gente se moría de esta patología. Es por esto que me dirijo a los políticos del Congreso de los Diputados, para preguntarles, exactamente: ¿Por qué no se destinan más recursos a la investigación de todos los cánceres para garantizar un buen tratamiento y la curación en la medida que sea posible? También quiero que se dé visibilidad a la importancia de la donación de médula ósea. Últimamente cambiaron los parámetros para ser donante y considero que se tendrían que poner las cosas más fáciles para invitar a que la gente participe. Es muy importante.