¿Alguna vez le has preguntado a una niña cuánto es lo que vale? La respuesta te puede sorprender, así como lo hizo conmigo.

Mi nombre es Rossella Vilchez. Soy psicóloga y me he enfrentado con muchos casos de violencia de género de pacientes o mujeres cercanas a mí.

Actualmente soy fundadora de Nuwa, un espacio seguro para mujeres enfocado en fortalecer el amor propio y la autoestima como herramienta de empoderamiento femenino. Desde mis intervenciones como profesional, muchas mujeres me decían que no se sentían valiosas, suficientes o capaces de hacer eso que anhelan. Y es que, la cultura machista nos ha enseñado que las mujeres somos el actor último, cuando en realidad podemos ser las protagonistas de nuestra propia historia: amarnos, valorarnos y tomar decisiones para nuestro bienestar. 

Desde mi tribuna, siempre he querido hacer algo para cambiar esta situación tan grave que vivimos las mujeres, sobre todo las más jóvenes, a la hora de enfrentarse a un entorno tan violento y machista como el de nuestro país.

Esta es una situación que, a pesar de todos los esfuerzos, no hemos sido capaces de cambiar ni de corregir. El Estado siempre ha tardado en llegar y las iniciativas que se han presentado siempre han sido reactivas y no preventivas. Además, las leyes y políticas públicas siguen respaldando al machismo, invalidando la voz de las mujeres.

Es necesario empezar a reconocer que tenemos un problema. Debemos ser más conscientes de la realidad, mirarnos y analizar nuestro entorno. Todos estamos rodeadas de mujeres, empecemos por cuestionarnos para generar un cambio y tomar acción.

Es hora de transformar la forma en la que preparamos y educamos a niños, niñas y  adolescentes: una educación en igualdad y respeto. En casa y como sociedad. También el colegio debe influir en la toma de consciencia. Es importante implantar el liderazgo y la autoestima como materias esenciales en el colegio. 

El tomar acción ahora nos ayuda a prevenir la violencia de género, y además nos ayuda a disminuir la desigualdad, creando oportunidades para las mujeres. Ellas mismas pueden crear sus propias oportunidades, podrán empoderarse y romper esa dependencia económica y emocional que siempre nos ha mantenido atadas al entorno de violencia. Desde el trabajo en las organizaciones estamos enfocados no solo en la prevención, sino también lo que viene después. Sabemos que cuesta, pero si seguimos sumando manos a nuestra obra, pronto el Perú podrá ser el país que queremos para todas nuestras niñas y mujeres.

Firma ahora esta campaña para que pueda llegar a los oídos adecuados, para que sigamos recogiendo testimonios y luchando por construir una sociedad más justa para todas nosotras. ¡El cambio es ahora!