Tengo 19 años y llevo más de 14 años con unas prótesis en las dos piernas porque con solo cinco años sufrí una meningitis. Son prótesis tremendamente pesadas, que solo cubren las necesidades básicas como andar, y que hacen que el muñón se canse y tenga que parar cada poco tiempo para poder continuar con mi vida.

Cada día pienso cómo sería mi día a día si tuviera unas prótesis con las que poder andar con soltura, correr hasta cansarme o subirme por ejemplo, a unos tacones. Todas esas cosas no las he experimentado todavía a mis 19 años. Y me niego a conformarme.

Cuando alguien sufre una enfermedad por la que se le deben amputar sus miembros, o cuando alguien sufre un accidente, la Seguridad Social solo cubre unas prótesis muy básicas que no te permiten hacer una vida normal. Muchos amputados directamente las llamamos patas de palo porque no te sirven ni para caminar, ni para el aseo personal o hacer deporte, ni tan siquiera para poder ir a la playa o la piscina.

Mientras en otros países a nuestro alrededor como Alemania te mejoran las prótesis si cumples los requisitos físicos o de edad, en España te quedas con el mismo tipo para toda la vida. Por eso las personas afectadas por estas amputaciones hemos iniciado esta campaña, porque creemos que tenemos derecho para poder normalizar nuestra vida, que nos quedan muchísimos años por delante y solo pedimos poder vivirlos con calidad de vida.

He conocido casos de personas que sí han tenido que gastarse auténticas fortunas para poder mejorar sus prótesis: las hay desde 10.000 hasta incluso 80.000 euros. Tener menos recursos no debería limitar las posibilidad de normalización de las personas amputadas.

Apoya esta campaña para pedir a los políticos del Congreso que mejoren el sistema y subvencionen mejores prótesis con una mayor calidad ¡ya!