Me llamo Sandra y he superado un cáncer de mama hormonal que me diagnosticaron a los 33 años.

Años atrás, y antes de ser madre, me había encontrado un pequeño bulto en el pecho, pero tras analizarlo, me confirmaron que se trataba de un fibroadenoma. Aún así, me sometía a revisiones para ver cómo evolucionaba.

En el año 2019, después de haber dado a luz a mi segundo hijo, me noté un segundo bulto, pero como había estado dando el pecho pensé que podría tratarse de un nódulo. En cambio, al poco tiempo me empezó a doler y comencé a sentirme muy cansada y a perder mucho peso. Aún así, en ningún momento me planteé la posibilidad de tener un cáncer, entre otras cuestiones, porque no tenía ningún antecedente en mi familia.

Un día, tras acudir a la consulta de mi médico de cabecera por otros motivos, decidí comentarle lo ocurrido. Me hicieron una mamografía, pero cuando vieron los resultados me dijeron que no se veían bien y tendrían que repetírmela. Después de esta me hicieron una biopsia y varias punciones en el pecho, con la mala suerte de que me diagnosticaron un cáncer de mama infiltrante HER2 positivo.

Para combatir la enfermedad empecé recibiendo un tratamiento de quimioterapia dividido en 16 ciclos. A continuación me realizaron una mastectomía unilateral con vaciado de axila y, por último, me sometí a 31 sesiones de radioterapia. 

Ahora me encuentro siguiendo un tratamiento hormonal, que finalizaré pasados 10 años. En mi caso, lo peor vino cuando empecé este último, pues el hecho de no seguir yendo al médico con asiduidad y convivir con todas las secuelas que me habían dejado los tratamientos para combatir la enfermedad, hicieron que me sintiese muy perdida.

Por ello, con esta iniciativa pido a la Asamblea Regional de Murcia que destine más recursos a la investigación del cáncer y al apoyo psicológico de los pacientes, especialmente una vez finalizados los tratamientos.