Pregunta para Congreso de la República de Colombia

Soy Santiago Bedoya, mis piernas fueron amputadas y ahora me muevo en silla de ruedas. ¿Cuándo empezará a haber inclusión en la infraestructura de las ciudades en Colombia?

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Santiago Bedoya Pregunta de Santiago Bedoya

Hola, soy Santiago Bedoya, tengo 33 años, soy de Cartago, Valle, y vivo en Bogotá. Tengo síndrome antifosfolípido, que me fue diagnosticado en marzo pasado y que provocó que me amputaran el pie derecho y la pierna izquierda desde la mitad de la tibia. Las dificultades comenzaron a mediados de ese mismo mes, cuando un fin de semana empecé a ver muy borroso. Días después, el 27 de marzo, fui a una consulta de oftalmología, donde me hicieron dilatación de pupila y la médica me dijo que no me podía hacer nada porque tenía el nervio óptico muy inflamado. Así que me remitió a urgencias y me advirtió que era posible que fueran los síntomas de un infarto.

Fui a la clínica por urgencias y me hicieron varios exámenes: una punción lumbar, electrocardiogramas y más exámenes de laboratorio. Entonces empezaron a identificar que no era un infarto lo que yo tenía, sino síndrome antifosfolípido. Además, me diagnosticaron lupus como enfermedad base y una trombosis. De manera que lo que había sucedido era que mi organismo había empezado a colapsar, y eso provocó daños en los miembros superiores e inferiores. Tras una junta médica, los doctores me notificaron que era necesario hacer la amputación. Yo di el aval, y el 17 de abril pasé por la cirugía.

Lo que hizo el síndrome, que es de orden neurológico, fue obstruir las venas y las arterias de mis piernas y brazos. Por eso, debo tomar de por vida anticoagulantes, para evitar que en el futuro haya nuevas obstrucciones. Aparte, para el lupus sigo un tratamiento con quimioterapias, y la trombosis me dejó rígidas las manos, así que no puedo coger un cubierto o escribir. Hasta ahora estoy empezando a recuperar la movilidad. Y por supuesto, después de la amputación tuve que empezar a usar silla de ruedas.

Ese detalle de tener que usar silla de ruedas se ha convertido en uno de los más problemáticos, porque una ciudad como Bogotá, a pesar de ser la capital y la primera ciudad del país, no está construida para que personas con discapacidad se puedan movilizar. Los andenes no son adecuados para pasar de uno a otro, los puentes peatonales tienen rampas demasiado empinadas y en los centros comerciales los estacionamientos reservados son usados en un 80% de las veces por gente que no tiene dificultades de movilidad. Además, los buses del servicio público son inaccesibles no sólo para alguien en silla de ruedas, sino también para alguien que camine con ayuda de un bastón o de muletas porque son demasiado altos.

Por eso yo me pregunto: ¿cómo hacer en una ciudad como esta para que haya cultura y se proporcionen las adecuaciones que la gente necesita? Yo tengo la posibilidad de transportarme en vehículo particular, pero soy consciente de que ese privilegio no lo tiene la gran mayoría de personas con discapacidad. No es justo que por tener movilidad reducida, por sufrir algún accidente, a uno la vida se le convierta en estar en la casa, en no poder salir a ningún lado porque la ciudad no tiene la infraestructura para poder movilizarse.

Hace un tiempo tuve que ir a un supermercado que está en un edificio de cuatro pisos. Por alguna razón no tenía habilitado el ascensor, así que obligaba a todos los clientes a subir y bajar por rampas eléctricas. Y yo, que no tengo capacidad de reflejos debido a las secuelas de la trombosis, casi me accidento. Me salvó una persona que estaba ahí y que me detuvo antes de caerme. Y otra cuestión son los baños: en los centros comerciales a veces ni siquiera cabe la silla de ruedas por la puerta, a pesar de que tienen un letrero que dice que el baño está habilitado para personas con discapacidad. Pero no lo están. Y así ocurre con muchas cosas.

Por eso quiero lanzar esta campaña: para llamar a la conciencia de la ciudadanía, pero también para pedir al Congreso de la República y a las autoridades que trabajen para que las ciudades en Colombia empiecen a tener infraestructuras más incluyentes. Porque esas dificultades por las que yo he pasado restan también calidad de vida a todas las personas con discapacidad. Entre todos podemos ayudar: si esta iniciativa recoge 350 firmas, será presentada a los políticos para que den una respuesta en la página de Osoigo. ¿Me ayudas con tu firma? No toma más de un minuto. Y después de hacerlo, difunde este testimonio con tus amigos, familiares y demás contactos de WhatsApp y redes sociales. Unamos todas las voces a favor de la inclusión en Colombia. ¡Muchas gracias! 

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Respostes dels polítics

Pregunta dirigida a: Congreso de la República de Colombia