Me llamo Sara y vivo en la Comunidad Valenciana. Cuando tenía 25 años me diagnosticaron un cáncer de mama. Yo no tenía síntomas de ningún tipo y tampoco tengo antecedentes familiares que hayan padecido la enfermedad. Fue casualidad el hecho que decidí cambiarme de ginecólogo. Para abrir el historial, el profesional que me empezó a tratar me pidió una ecografía de mama. Cuando me la hicieron, me detectaron microcalcificaciones sospechosas. Entonces me hicieron una mamografía y se confirmó.

Aunque los médicos decían que probablemente con la edad que tenía no se trataría de nada malo, me hicieron una biopsia y me diagnosticaron un carcinoma ductal infiltrante. Para tratarme, empezaron practicándome una tumorectomía, pero no salió bien; los bordes seguían afectados. Después, me hicieron una mastectomía subcutánea, pero pasó lo mismo. Finalmente, me practicaron una mastectomía radical y me hicieron un vaciado de la axila para poder analizar los ganglios.

Una vez hechas las intervenciones quirúrgicas, empecé a tratarme con quimioterapia y con un medicamento concreto para la enfermedad. Finalmente, me hicieron la reconstrucción. Aproximadamente, debido a la enfermedad, he tenido que pasar unas 15 veces por quirófano. Aun así, después de casi 13 años me siguen haciendo controles, pero todo parece estar bien.

Percibí una carencia des del principio de la enfermedad: no recibí ayuda psicológica. Lo tuve que afrentar todo sola. Sí que me beneficié alguna vez del servicio de psicooncología del hospital, pero el trato era impersonal, frío y poco constante. El cáncer afecta psicológicamente a todo el mundo, pero considero que es importante destacar que por aquel entonces yo tenía 25 años. Considero que todo lo que no se trata cuando se debe, se manifiesta más tarde de alguna forma u otra. Es por esto que me dirijo a los políticos de las Cortes Valencianas, ya que son quienes me representan, para que tengan en cuenta mi historia y para que me respondan a la pregunta: ¿Por qué no se garantiza un buen servicio de psicooncología a todos los pacientes de cáncer?

También considero que las instituciones deben tener en cuenta que es importante garantizar que los hospitales puedan proporcionar un servicio post-enfermedad a los pacientes de cáncer teniendo en cuenta que la enfermedad y sus tratamientos dejan secuelas generalmente severas y que los pacientes tienen que recurrir, muchas veces, al servicio privado, para poderlas tratar y esta solución no está al alcance de todo el mundo.