Pregunta para Parlamento de Catalunya
Soy psicóloga infantil y veo que se debería cuidar más la salud mental de los niños y adolescentes. ¿Cuándo se implementará la figura de un psicopedagogo o un psicólogo como parte de la plantilla habitual en los colegios?
¡Hola! Mi nombre es Sara, soy psicóloga infantil y madre de niños en edad escolar. Los casos que suelo ver en mi profesión y los comportamientos de mis hijos confirman una preocupación que tenemos la mayoría de psicólogos de mi gremio: no se le da la importancia suficiente a la salud mental de nuestros hijos e hijas.
Existe una dificultad muy grande para aceptar las emociones displacenteras de los niños: rabia, tristeza, miedo. y se les pide constantemente que no lloren, no se enfaden, no tengan miedo. Como si sus emociones fueran menos importantes que las de los adultos.
Aunque a veces cueste creerlo o hablar de ello, hay casos de depresión o ansiedad detectados a muy temprana edad, y es algo que hay que normalizar para poder trabajar en ello de la mejor forma posible.
El primer paso en este camino empieza en los centros educativos. Muchas veces la gestión de las emociones y los sentimientos de los niños y niñas recala exclusivamente en sus padres, que no siempre tienen porqué poseer las herramientas necesarias para saber cómo gestionarlas, necesitan una ayuda externa y profesional.
Sin embargo, ir al psicólogo sigue acarreando un estigma muy grande al que muchos niños y familias temen enfrentarse, por miedo, desconocimiento o incluso recursos económicos. Es esencial que se facilite el cuidado de la salud mental desde la etapa educativa para detectar posibles casos que necesiten una intervención.
Quiero dirigir esta campaña a los políticos del Parlament de Cataluña para preguntar cuándo se implementará la figura de un psicopedagogo o un psicólogo como parte de la plantilla habitual en los colegios e institutos para cuidar la salud mental de nuestros hijos, ayudándoles en la gestión de sus emociones correctamente y ofreciendo un espacio donde puedan expresar cómo se sienten.
Así en los colegios e institutos sería posible detectar precozmente posibles casos de problemas como ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria, depresión, malos tratos, abusos sexuales...antes de tener que ir a terapia.
Esto podría evitar consecuencias muy duras que están presentes en nuestra sociedad como suicidios o autolesiones. La mejor intervención es la prevención.
Soy consciente de que se intenta inculcar la correcta gestión de emociones o valores con algunas asignaturas que mis hijos me cuentan que imparten en clase, el problema es que los docentes no son psicólogos y normalmente requieren una formación fuera de su campo, ampliando su labor educacional, ya de por sí suficientemente compleja.
Tener una buena salud mental no debería ser un lujo o ser percibido como algo extraño. Debería ser igual de normal acudir al dentista cuando nos duele una muela a acudir a un psicólogo para saber qué nos pasa. Esta normalización empieza con la educación y es algo que puede mejorar la vida de muchas personas e incluso salvar la de otras.
Una figura como la de un psicólogo en un colegio o un instituto se antoja totalmente necesaria para poder enseñar a cuidar la salud mental y ayudar a los padres a gestionar y tratar las emociones de sus hijos o saber si necesitan la ayuda de un profesional. Firma y comparte la campaña para que nos escuchen.