Pregunta para Congreso de los diputados
El acoso que recibí en el colegio por ser gay me llevó a meterme en una terapia de reconversión.¿Para cuándo una asignatura de educación sexual y afectiva que nos eduque en igualdad?
¡Hola! Mi nombre es Sebastián y tengo 25 años y quiero explicaros mi historia. Una que acaba bien porque, hoy por hoy, los problemas que tengo son los mismos que cualquier otro. Soy biólogo, especializado en la divulgación y el medio ambiente, y soy gay. Lo digo claro, tranquilo y sin victimismos ni miedo, a pesar de que seguimos siendo perseguidos y señalados. Para el colectivo LGTBI, la etapa escolar no suele ser una etapa que recordemos con añoranza o cariño, y es algo que debería cambiar.
Recordando esos años me doy cuenta de lo absurdo que es. Te dicen que seas fiel a ti mismo, pero cuando tratas serlo debes acatar la norma .Te advierten de que todo aquello que sea ser diferente te convierte en un blanco fácil para el odio injustificado, que debe corregirse, que debe eliminarse si es necesario. No puedes moverte por el mundo con tus gestos, tus expresiones o tus gustos si no siguen la corriente.
Por desgracia yo me acabé creyendo ese mensaje. El acoso de tus compañeros, atacan a todo lo que te hace diferente y el silencio de los profesores ante esta situación me hicieron creer que yo estaba mal y que había algo mal en mí, en una etapa crucial para el desarrollo personal.
¿Por qué mi yo de 10 años debía pasar por ese calvario?, ¿por qué no encajaba? , ¿por qué debía ser un blanco fácil para acosos y burlas?, ¿por qué ser "diferente" es algo malo? Nadie en el colegio ni en ningún sitio me ayudó a encontrar las respuestas a unas preguntas tan complicadas para un niño de esa edad.
Todas estas preguntas sin respuesta, el acoso constante y la falta de un entorno seguro y saludable acabó destrozando esa adolescencia que algunos convierten en recuerdos que añoran de vez en cuando. Lo que me empujó a inscribirme durante el bachillerato a una terapia de reconversión sin avisar a nadie, con el objetivo de corregir aquello que todo el mundo consideraba incorrecto y antinatural, a pesar de saber que ello implicaba destrozar lo que me definía, aquello que debía hacerme feliz pero que a la vez me empujaba a la soledad más absoluta. Todo por querer encajar entre esas personas que decían que debía ser fiel a mí mismo siempre y cuando fuese como ellos.
Afortunadamente y a pesar de todo, entendí que lo que tenía era único, que eso era lo normal. Y gracias a ello he aprendido a buscar las herramientas que no tuve durante esos años de colegio para desarrollarme y crecer como persona, dejando atrás esos años de incertidumbre y miedo a ser fiel a mi mismo.
Quiero dirigir esta campaña al Parlamento de España para que tome cartas en el asunto y apruebe la asignatura pendiente que España tiene con la educación afectivo-sexual y de identidad, porque todos nos merecemos tener nuestro espacio en este mundo,.porque todos debemos tener los mismos derechos a querernos, respetarnos y a sentirnos seguros. Porque somos la generación con más información disponible pero menos formación. Y por ello debemos darles esas herramientas para que se protejan de la discriminación, del odio y del miedo.
Echo la vista atrás y pienso en cómo me hubiese cambiado la vida a mí, y a todos mis compañeros, el tener una idea de la diversidad y lo crucial que es protegerla. Una formación básica que algunos, como yo, tuvimos que encontrar solos para dejar de sentirnos solos, para hacer frente a todos aquellos que te señalan y persiguen.
Ojalá alguien me hubiera dicho durante aquella etapa que todo estaba bien conmigo, ojalá mis compañeros hubieran entendido a lo que estaban atacando, ojalá hubiera podido percibir al profesorado como una ayuda y no un enemigo del que también protegerme. ojalá hubiese entendido que mis amigos no iban a rechazarme por ese miedo y odio en el que me habían educado, que no estaba solo y que no debería estar solo.
Todo este camino empieza con una educación adecuada que nos incluya a todos, nos hable de los gustos y cuerpos de cada persona. Por eso pido que el sistema educativo se implique, porque lo que empieza en las aulas acaba saliendo a la calle
Han pasado varios años desde que dejé el instituto y parece que el colectivo LGBT está mucho más normalizado en la sociedad. No obstante, las agresiones al colectivo LGTBI, el rechazo y la intolerancia se siguen sucediendo diariamente, y esto se debe a que no estamos cortando el problema de raíz
Una asignatura de educación sexual ayudaría a que los niños y niñas se entendieran a ellos mismos y a sus compañeros de una manera adecuada ¿Cuánta gente seguirá pasando por lo mismo a día de hoy? ¿cuántas secuelas irreversibles habrá dejado la intolerancia en miles de personas LGTBI en nuestro país? ¿cuántos contagios de ETS se producen por desinformación?. Es hora de avanzar, firma de y comparte para que nos escuchen.