Pregunta para Eusko Legebiltzarra
Enfrenté un cáncer de mama a los 40 años. Aunque era la mayor del grupo de mujeres con las que coincidí durante el proceso, fui de las pocas que lo superé. La investigación es clave. ¿Cuándo se mejorará la inversión que se le destina?
Me llamo Silvia y vivo en Euskadi. Hace más de diez años, mi madre falleció debido a la afectación de un cáncer de mama. Después de un año y medio, me diagnosticaron la misma patología a mí. Yo misma me noté un bulto y decidí acudir al ginecólogo. El profesional que me visitó, consideró que no tenía que preocuparme, ya que me habían revisado pocos meses antes y todo estaba bien. Esta primera exploración y conclusión no me dejó tranquila, así que decidí buscar una segunda opinión. Acudí a otro ginecólogo y esta vez dieron con el diagnóstico. Tenía tres bultos que conformaban un cáncer de mama hormonal. Me sometí a una mastectomía radical y a los tratamientos estipulados por protocolo. Las 16 sesiones de quimioterapia que recibí y los cinco años posteriores de tratamiento hormonal fueron muy duros de conllevar. De hecho, aún tengo secuelas; por ejemplo, lo que se llama “Chemo brain”, alteraciones en el cerebro derivadas de la quimioterapia que tienen que ver con la memoria y la planificación.
Por aquel entonces, mi hija tenía cinco años y el miedo que desencadenó la enfermedad conllevó que necesitara soporte psicológico. Muchas de las compañeras con las que coincidí durante el proceso de enfermedad se quedaron por el camino, aunque yo era la mayor. Además, el hecho de que mi madre no hubiera podido superarlo también me aterraba. Considero que el acompañamiento psicológico especializado en pacientes oncológicos es fundamental desde que se da el diagnóstico hasta que la persona sienta que realmente ya no lo necesita; aunque hace diez años de mi proceso de enfermedad, estoy pendiente de la reconstrucción definitiva. Cada vez que me veo en el espejo recuerdo lo que viví; las secuelas que deja el cáncer hacen que los pacientes oncológicos seamos enfermos para toda la vida y es también, en este sentido, que creo que se debería de apostar para garantizar el servicio mencionado.
También considero un aspecto importante a destacar la posibilidad de recibir segundas opiniones en el sistema público. Yo recurrí al servicio privado y esto fue lo que permitió que me diagnosticaran, pero no todo el mundo cuenta con los mismos recursos. Opino que las instituciones deberían de trabajar para abastecer los centros sanitarios de las herramientas necesarias para poder garantizar una atención pertinente a todas las personas que se visitan y que presentan algún tipo de sintomatología.
Finalmente, quiero poner en valor la importancia de apostar a favor de la investigación; es crucial para avanzar hacia tratamientos más eficaces y menos agresivos y, también, hacia la curación. Es por todo lo presentado que me dirijo a los políticos del Parlamento Vasco ya que son quienes me representan. Me gustaría que después de leer lo expuesto, me dieran una respuesta y, a poder ser, empezaran a trabajar en pro de mejorar todo lo mencionado.