Pregunta para Congreso de los diputados
Me llamo Sinaí Gil, soy enfermera y técnica de rayos, y tengo endometriosis. ¿Cuándo van a haber Unidades Especiales para una asistencia completa y holística centradas en la salud de la mujer?
Hola. Me llamo Sinaí Gil, soy enfermera y técnica de rayos, y tengo endometriosis.
Mi primera regla fue a los 11 años y tras el primer año de menstruación, he sufrido dolor de forma continua, el cual cada mes se incrementaba, llegando al extremo del desmayo, que es lo que sucede en cualquier crisis de dolor agudo y súbito. Este dolor persé, no es natural, no es fisiológico, el proceso de menstruación solo puede causar ligeras molestias que son transitorias, puntuales y ceden con analgesia de primer nivel. Es por lo tanto que el resto de niveles de dolor asociados a la esfera ginecológica son señales del cuerpo de que algo no funciona bien.
He perdido la cuenta de las veces que he tenido que ir a urgencias por crisis de dolor. En urgencias, la situación no suele solucionarse a la primera, en la mayoría de las ocasiones. Cuando llegas a urgencias y explicas la situación, los comentarios son: “Ah, nada, un dolor de regla. Ponle un paracetamol endovenoso que se le pasará. ¿Esa chica de ahí? Nada, que se queja de la menstruación”. Estamos hablando de un maltrato emocional y asistencial hacia la mujer ya que, primero, estamos hablando de gente cualificada que no valora profesionalmente que ese dolor/condición no es fisiológica, es decir, corriente o normal. No recibimos la asistencia que requiere una crisis agua de dolor, como las que pueden suceder en cualquier otro lugar del cuerpo.
A los 18 años me diagnosticaron la endometriosis profunda en grado IV. Tuve mucha suerte porque fue todo circunstancial. Sobre los 17 años empecé a sufrir crisis tan fuertes que me desmayaba y, además, no solo sucedía en el tiempo del periodo, sino que puede suceder en cualquier momento.
Mi madre habló con un amiga suya que casualmente era cirujana ginecóloga y ella fue la primera persona que se responsabilizó de mi caso. Decidieron que lo mejor era realizarme una laparoscopia, ya que en los estudios de imagen se veían signos de la enfermedad, pero no de manera clara. Recuerdo que mi operación fue una clase de Universidad porque era cuando se estaba empezando a estudiar la enfermedad.
Cuando me desperté me comentaron que tenía el útero en retroversión y lateralizado a la izquierda, que tenía pegado el útero al intestino delgado y, también, había endometriomas y un folículo hemorrágico. Extirparon tejido, despegaron vísceras y me insertaron un DIU intrauterino hormonal. Desde ese momento no he dejado de salir de los hospitales ya sea por mi profesión o condición.
El proceso hasta hoy ha sido muy duro. Te dicen que eres un paciente crónico y que el dolor y tú vais a ser uno. Tu vida cambia bastante. Por ejemplo, hay que estar muy pendiente de la dieta, tienes que comer saludable, no comer alimentos que te inflamen como el azúcar, fritos, alcohol, lácteos, etc. De igual forma, hay que cambiar los hábitos porque tienes que dormir más para no estar estresado, no puedes tener tensión, etc. Vives con el miedo de la crisis del dolor, vives con dolor constante, emocionalmente destrozada y la salud va empeorando día a día.
Siempre tengo que estar pendiente de la endometriosis y de sus manifestaciones agudas porque es algo que te puede afectar en cualquier momento. De hecho, por ejemplo, me ha sucedido en exámenes, me han echado del trabajo en dos ocasiones, no he podido entregar prácticas en la facultad, etc. Vives con mucha incertidumbre porque no te puedes valer por ti misma.
Hace 2 años me llegué a plantear atiborrarme de pastillas y que pasara lo que tuviera que pasar. En ese momento mi cabeza no regía bien. Entras en un modo de supervivencia mental, en lo que lo único que quieres es que desaparezca el dolor. El dolor no permite un razonamiento lógico y yo he llegado a estar durante un año y medio con dolores diariamente, y pasar periodos de más de un mes en los que no puedes estar de pie. Esto deja a la mujer en una condición y riesgo de pobreza derivado de la enfermedad y su mal concepción y manejo.
Por suerte he conseguido tener acompañamiento asistencial y facultativo porque me muevo en el mundo sanitario, y también mucha ayuda de mi entorno. La ayuda en esta patología es crucial.
Por todo lo plasmado, lanzo la siguiente petición al Congreso de los Diputados para que haya más visibilidad e investigación para la endometriosis. Tenemos que visibilizar el servicio sanitario que rodea la salud de la mujer más allá de la maternidad.
Falta mucho personal en el servicio sanitario para poder dar asistencia de calidad a las personas, pero, en concreto, faltan sanitarios formados en la salud de la mujer. La medicina androcentrista supone un maltrato para la mujer. Es por ello, por lo que necesitamos Unidades Especiales para un asistencia completa y holística, a todos los niveles de asistencia sanitaria.
La endometriosis es una enfermedad grave y sistémica que está infradiagnosticada y hay muchas mujeres sufriendo. La política tiene que hacer algo al respecto porque es un problema que no está bien posicionado médicamente y no podemos dejar más de lado una enfermedad existente y que cada vez afecta a más mujeres de cualquier edad y condición.