Pregunta para Cortes Valencianas
Las personas con discapacidad queremos estar plenamente integradas en la sociedad. ¿Cuándo se logrará la igualdad de condiciones, oportunidades y derechos en todos los ámbitos?



Las leyes de integración social son las grandes aliadas con las que contamos en nuestro país para fomentar el acceso y la igualdad entre todas las personas. No obstante, si estas leyes no se llevan a la práctica, no son más que papel mojado. Y es que, pese a que hemos logrado grandes avances, nuestra lucha, la de las personas con discapacidad, es más necesaria que nunca.
Las barreras con las que convivimos a diario no sólo son físicas: la falta de inclusión es uno de nuestros mayores obstáculos y empieza desde la infancia.
En mi caso, pese a los síntomas que presentaba, mi familia tardó años en poder acceder a pruebas y lograr un diagnóstico sobre lo que me sucedía. A los seis años quedé en una silla de ruedas a causa de una enfermedad rara, y fue cuando comenzó la lucha de mis padres para que pudiera tener acceso a un colegio ordinario.
La lucha continuó durante toda la etapa educativa, pero cuando llegó bachillerato, y al tratarse de enseñanza no obligatoria, encontramos que los centros no nos ofrecían las herramientas necesarias para continuar. Logré cursar bachillerato gracias a la figura de la auxiliar técnico educativa y al apoyo del profesorado. Una vez finalizado bachillerato y la selectividad, conocí otra figura, la del asistente personal, un profesional muy poco conocido y cuya labor no está muy visibilizada, pero que es completamente necesario, pues fue quien me ayudó a cumplir mi sueño de estudiar la carrera de Trabajo Social.
Actualmente, tras haber conseguido graduarme como trabajadora social y haber vivido en primera persona todas las dificultades añadidas de la falta de inclusión, pido que todas las personas puedan acceder a todos los espacios sea cual sea su condición.
Coexistimos con una lucha constante y diaria, y por ello reivindico la inclusión en todos los ámbitos de la sociedad. Pese a que existen leyes en este sentido, en la realidad en la que vivimos esto no se ve reflejado. Por ello decidí unirme a la Fundación Rafa Puede y luchar por la inclusión de las personas con discapacidad y la concienciación de la ciudadanía.
Tenemos cabida en la sociedad a la que pertenecemos, basta ya de que se nos vea como un problema que hay que solucionar o como algo difícil de tratar. Queremos que se nos vea como personas, como estudiantes, como profesionales… capaces de cumplir nuestros objetivos.
La normalidad no existe, lo que enriquece a la sociedad es un mundo diverso en el que todos y todas estemos incluidas y aprendamos los unos de los otros.
Las leyes pueden ser muy esperanzadoras, pero si no llegan a la realidad no sirven para nada. No queremos quedarnos parados de por vida, queremos crecer personalmente. Pese a tener una discapacidad, podemos tener una vida plena y feliz.
Buscamos igualdad de condiciones, oportunidades y derechos en todos los ámbitos. ¡Por una inclusión real!