La isla canaria de La Palma llevaba 50 años sin albergar una nueva erupción hasta que el domingo 19 de septiembre el volcán entró en erupción y el magma alcanzó la superficie. 

Desde ese día, más de 6.000 personas han tenido que ser evacuadas de sus casas y más de 300 viviendas han sido afectadas por el avance de la lava. Y no sólo eso: hay más de 350 hectáreas arruinadas por el magma. La agricultura es una de las principales actividades económicas de la isla y la erupción ha afectado directamente a fincas dedicadas al cultivo. 

Las personas que se han visto directamente afectadas por la erupción del volcán no sólo quedan desprotegidas por las entidades aseguradoras al tratarse de un fenómeno natural, sino que también quedan desprotegidas ante el Estado. Las políticas elaboradas hasta ahora para abordar el problema son insuficientes y llegan tarde. Estas familias que se han quedado sin nada son responsabilidad directa del Estado, que no debería permitir que el mercado inmobiliario se aproveche de ellas cobrándoles por una casa que han perdido. Quedarse sin nada y ver cómo el que ha sido tu hogar queda destrozado ya es suficientemente duro.  Las empresas inmobiliarias deben anular inmediatamente las hipotecas de todos los afectados y afectadas que no estén cubiertas por un seguro.

Firma esta petición para exigir al Gobierno que intervenga y ordene la cancelación de las hipotecas de todos los afectados y afectadas y que ofrezca ayudas reales y efectivas a todas las personas que se han quedado sin techo, sin tierras o sin trabajo a causa de la catástrofe.