Pregunta para Parlamento de La Rioja
Jorge tiene 10 años y Parálisis Cerebral. Sus terapias han cesado durante el confinamiento y no va a tenerlas en verano. ¿Garantizarán que los niños como Jorge reciban sus terapias en verano?
Mi nombre es Sonia y soy madre de Jorge, un niño de 10 años que tiene Parálisis Cerebral.
Pasé un embarazo gemelar sin complicaciones, pero el día de dar a luz su hermano gemelo murió y Jorge tuvo sufrimiento fetal, naciendo con anemia severa que le causó Parálisis Cerebral. La única solución para su progreso son las terapias, que provocan nuevas ramificaciones cognitivas.
Jorge necesita de sus terapias para su correcto desarrollo, y sobre todo para evitar que pueda empeorar físicamente. A día de hoy asiste a una escuela de Educación Especial que le brinda todas las actividades necesarias para él: desde fisioterapeutas, logopedas, equitación, natación o contacto con los animales. En estos colegios los niños tienen todo lo que necesitan. Sin embargo, cierran a finales de junio y no vuelven a abrir hasta septiembre, dejando a muchos de ellos sin las terapias que necesitan durante 2 meses.
Ahora mismo Jorge tiene una beca de logopedia, que le ayuda en la reeducación en el lenguaje, además de para el fortalecimiento de los músculos de la cara, para masticar o tragar bien. También asiste a terapias de fisioterapia, lo cual es esencial para el para mantener sus músculos activos y para que no se atrofie.
Llegado el verano las cosas se complican: los colegios de Educación Especial cierran, así como muchos de los centros donde Jorge asiste a sus terapias. Las terapias quedan pausadas durante dos meses, y todas estas actividades pasan a ser nulas de un día para otro. A consecuencia de ello, los niños pierden todo lo que han ido adquiriendo esos meses, provocando un retraso en su desarrollo. Puede pasar incluso que se atrofien, lo cual tendría consecuencias desastrosas para ellos.
Con la actual crisis del COVID-19, las familias con niños dependientes hemos sido las grandes olvidadas. Jorge ha pasado 2 meses confinado y sin terapias, sin poder recibir ningún tipo de ayudas ni visitas de profesionales. Nosotros hemos intentado mantenerlo lo más activo posible, intentando hacer algunas actividades que refuercen sus músculos, pero no somos profesionales y debemos tener mucho cuidado.
Después del confinamiento, hemos podido notar un cambio hacia peor: Jorge se mantenía de pie y quería andar antes del Estado de Alarma. Ahora le da pánico, no quiere ponerse en pie. Hace unas semanas empezamos a asistir a algunas terapias, pero muchas de ellas siguen pausadas porque Jorge es de riesgo, y los centros no quieren abrir hasta la fase 3.
Viniendo de la situación de confinamiento, nos encontramos con que durante el verano no se abre el colegio ni muchos de los centros en los que Jorge asiste para sus terapias. Si queremos seguir con ellas debemos de ir a centros privados, con sesiones que tienen un coste elevado, teniendo en cuenta que estos niños y niñas deben asistir varias veces a la semana. Muchas familias están sufriendo la crisis económica, y eso conlleva a que no se puedan permitir terapias privadas.
Esta situación supone un riesgo para Jorge y para muchos niños que como él requieren de esas terapias tan indispensables para su salud. Pausar las terapias durante tantos meses puede provocar consecuencias muy graves para ellos.
Por este motivo, siendo de la Rioja, me dirijo a los políticos del Parlamento de la Rioja para que tengan en cuenta esta situación, y para que actúen en consecuencia.