Los niños y niñas que conviven en zonas rurales, se ven abocados a la falta de asistencia pediátrica, poniendo en grave riesgo su salud y bienestar, porque no tienen acceso a una atención médica especializada que aborde sus necesidades específicas en crecimiento y desarrollo. 

Esta atención recae en un médico de familia, que aunque esté muy comprometido y capacitado, no cuenta con formación especializada en pediatría, corriendo el riesgo de que se pasen por alto problemas de salud críticos. Como consecuencia, esto puede provocar diagnósticos tardíos de enfermedades, tratamientos inadecuados y, en última instancia, complicaciones que podrían haberse evitado con una atención pediátrica adecuada.

Las consecuencias de esta falta de atención especializada son alarmantes. Los niños pueden sufrir de enfermedades que no son detectadas a tiempo, lo que puede afectar su desarrollo físico y emocional. Por ejemplo, condiciones como asma, alergias, problemas de crecimiento o trastornos del desarrollo pueden no ser identificados ni tratados adecuadamente, lo que puede llevar a problemas de salud a largo plazo. Además, la ausencia de un pediatra nos generar ansiedad como padres, quienes nos sentimos inseguros sobre cómo manejar la salud de nuestros hijos, hasta el punto de afectar al bienestar emocional de todos.

Para una buena atención médica de nuestros niños y niñas en igualdad, es esencial que, al menos una vez a la semana, un pediatra asista al centro de salud de nuestra comarca. Esta medida es tan importante como la presencia de la matrona o la enfermera pediátrica, quienes ya desempeñan un papel crucial en el cuidado de la salud infantil.

Para que se tomen las medidas necesarias para abordar esta desigualdad sanitaria y asegurar que todos los niños y niñas, sin importar su lugar de residencia, tengan acceso a la atención pediátrica que merecen, ¿me ayudas a dar a conocer esta petición con tú apoyo y difusión?