Mejor Administración Pública
Querido Víctor Manuel, ¡gracias por participar y querer conocer mi visión sobre un tema que es interesante y te preocupa!
Creo, al igual que tú, que las actuales Administraciones Públicas arrastran rémoras heredadas del modelo decimonónico de administración. Cierto es que se ha producido una notable modernización de su estructura y una mejora de su funcionamiento, lo que unido al uso de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación ha favorecido el ejercicio de sus funciones.
Desde luego, las Administraciones han sido un factor fundamental en la construcción del Estado del Bienestar. Han desempeñado y desempeñan un papel importante como garantía de unos servicios públicos suficientes. Sin embargo, para avanzar en la dirección adecuada debemos superar algunos aspectos de la concepción que tenemos de ellas.
La reforma de la Administración debe centrase, también, en la mejora de la transparencia y de la responsabilidad. Necesitamos una Administración realmente volcada a la ciudadanía, cercana, facilitadora, receptiva, creadora de valor y en constante proceso de renovación para incorporar todos los elementos modernizadores en la gestión. Las competencias institucionales requeridas en este momento, a efectos de hacer frente a los difíciles retos de nuestro país, exigen cambios estructurales y culturales que obligarán a un liderazgo innovador muy sostenido en nuestra administración.
Para mí, un instrumento fundamental para conseguir estos objetivos es la transparencia de las Administraciones Públicas.
Los beneficios de la transparencia de las Administraciones previenen contra el abuso de poder, la discriminación y la corrupción, y para continuar, favorecen discusiones sensatas y racionales mejorando la toma de decisiones públicas. Por ello debemos reforzar la transparencia en la información sobre la actuación de las Administraciones así como el derecho de los ciudadanos a recibirla.
Como sabes el PSOE ha creado una Secretaría de Administraciones Públicas, de la que soy responsable, y nos proponemos defender e impulsar lo público con el objetivo principal de prestar servicios de calidad a la ciudadanía y compromiso con un proyecto político socialdemócrata. Ahora, más que nunca, creemos que hay que recuperar un concepto más ambicioso de lo público.
Creemos que proteger los servicios públicos significa algo más que establecer garantías frente a la contratación de servicios en el sector privado. También significa protegerlos frente a las propias ineficiencias de la Administración.
Es necesario mejorar e implantar nuevas medidas para la modernización, simplificación y racionalización de la actividad de la Administración. Y este proceso debe contemplar, entre otras acciones, la incorporación en el diseño y presupuestación de las políticas públicas de un sistema de evaluación periódica de objetivos; la rendición de cuentas; la disminución de las cargas administrativas; impulsar la reducción en la tramitación y resolución de los procedimientos administrativos; la supresión de entidades administrativas que suponen una duplicación burocrática para la ciudadanía; el fortalecimiento de los mecanismos de cooperación entre los distintos niveles de gobierno y de Administración; la adecuación de la estructura de la Administración General del Estado al diseño constitucional de las autonomías para evitar duplicidades y solapamientos; renovar el modelo de servidores públicos…
Sin duda, este proceso ha de abarcar también un absoluto ejercicio de transparencia, serio y riguroso, que sin duda mejorará la relación entre la ciudadanía y sus representantes.
Y para ello, te lo digo en primera persona porque así lo estoy comprobando, contamos con el enorme potencial que conforma el conjunto del personal al servicio de las Administraciones Públicas.
Un abrazo, Susana.
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Desde Javier de Burgos seguimos con la misma estructura municipal, siguiendo los criterios de la época (S. XIX). Los países del entorno ya hicieron su reforma hacia una simplificación siguiendo unos criterios propios del siglo que les acompañaba. Ahora hay una infraestructura, desarrollo en comunicación y avance tecnológico como nunca antes. ¿Cuales son los mejores criterios para una división administrativa óptima, sin que pesen los históricos?