Soy la persona que está detrás de la cuenta de Twitter de “Tancerca”, psicóloga clínica y profesora de universidad de psicopatología. Mi petición es alta y clara: necesitamos que se le de mayor visibilidad y menor ocultación a la depresión, ansiedad y suicidio. Y fundamentalmente, necesitamos que se invierta en psicoeducación tanto para el/la paciente como para los/las amigos/as o familiares para la detección y prevención. Formación en todos los lugares donde se pueda educar a las personas: en las escuelas, en las formaciones de las empresas o  en talleres. Todo el mundo debe saber cómo detectar y cómo actuar en este tipo de situaciones. Esta es una petición urgente, porque el número de personas que se suicidan va en aumento. 

A alguien que pide ayuda (lo cual no todo el mundo hace) lo que le damos es lo que entendemos o creemos que funciona. Muchas veces nos quedamos en silencio porque nos asusta intervenir, o no sabemos cómo actuar y decimos cosas como “tú puedes con todo”. Cuando decimos que “la vida es bonita” y esa persona ve que para el/ella es un tormento, o cuando decimos “puedes con todo” y esa persona ve que no es capaz, damos en la diana para que vea que no tiene sitio en la vida. Si alguien nos dice “ya no puedo más con mi vida”, está hablando en voz alta de lo que va a hacer, y debemos tener las herramientas suficientes para intervenir. Unas palabras adecuadas salvan y para ello necesitamos unos primeros auxilios en la salud mental.

Este mes vi los mensajes de whatsapp de una chica que se suicidó hace unos meses. La familia quería saber la causa, lo cual es una reacción normal, natural, ante una pérdida tan dura. Conté 92 mensajes de "tú puedes", y ella respondía: "de verdad, no puedo, estoy harta de sufrir y de hacer sufrir a mi familia", lo repetía una y otra vez. A cada palabra de ánimo, más se iba hundiendo. Como profesional, si llego a leer eso antes hubiera activado el protocolo de suicidio, pero es lógico que si no te dedicas a la salud mental, intentes ayudar como sabes. Así que cuando alguien diga que se encuentra mal, o que ha perdido las ganas de vivir, no le podemos decir: “tú puedes”, porque NO PUEDE, no la podemos animar, porque los ánimos y las alegrías no le llegan, al contrario, le hunden más. Podemos decirle cosas como: “te entiendo, estoy aquí, no hace falta ni que hablemos, sé que lo que tienes tiene solución, pero ahora mismo es lógico que no veas ninguna salida, es normal. Sentimos como pensamos y pensamos como sentimos, así que date tiempo, perdónate la vida todos los días, hasta que te sientas mejor. Yo voy a estar a tu lado y algún día tú serás quien me ayudes a mí, o a otros”.

Debemos saber cuáles son los momentos críticos, por ejemplo (fase relajada en una depresión grave, cuando regala sus cosas, en un cambio de medicación…) y  las fases de la enfermedad. Una persona puede quitarse la vida por un impulso, pero por regla general no sucede así: lo dice, lo intenta, se calla, lo intenta… y encima tiene que escuchar frases como “el que lo dice, no lo hace”. Es todo lo contrario, el que lo dice es muy probable que lo haga, y si ha hecho varios intentos es que se está armando de valor, no siempre es verdad que solo busca llamar la atención.

Por todo ello, con esta petición me dirijo a los/las políticos/as del Congreso de los Diputados. 
Tenemos que empezar por lo más urgente -por el suicidio- necesitamos unos primeros auxilios en salud mental para dotar de herramientas a familiares y amigos/as, compañeros/as de trabajo, profesores y todas las personas que puedan participar en la vida de esa persona recalcando lo que se debe y no se debe hacer. Repito, psicoeducación para el/la paciente como para los/las amigos/as o familiares para la detección y prevención. Necesitamos invertir en formación en todos los lugares donde se pueda educar a las personas: en las escuelas, en las formaciones de las empresas, en talleres.