Mi padre abusó de mí y de mi hermana pequeña. Pedimos que los abusos sexuales se tomen en cuenta independientemente del tiempo que pase y que se atienda con urgencia a las víctimas.
Cuando tenía 12 años denuncié haber sido víctima de abusos sexuales por parte de mi padre, pero desestimaron la causa por falta de pruebas. Años después lo ha vuelto a hacer, esta vez con mi hermana pequeña de 13. Llevamos mucho tiempo realizando pruebas psicológicas mientras esperamos a que se haga justicia. Con esta petición quiero reivindicar la importancia de tener en cuenta los abusos sexuales independientemente del tiempo que pase, para asegurar que no se repitan. Además, creo que es esencial que, una vez denunciado, se trate con urgencia la salud de las víctimas. ¿Por qué no protegemos a las menores como es debido?
Tenía solo siete años cuando mi padre abusó de mí. Siempre estaba borracho y un día comenzó a tocarme en las partes íntimas. Yo no sabía muy bien qué era lo que estaba ocurriendo, ni siquiera sabía que era algo malo ya que era demasiado pequeña para ser consciente. Pasaron los años y tras varios altercados con él me decidí a contárselo a mi madre y juntas fuimos a denunciar (en este momento mi madre y mi padre ya no estaban juntos así que ella no podía saber lo que ocurría cuando íbamos a pasar el fin de semana en su casa).
Para nuestra sorpresa, desestimaron la denuncia sin hacer absolutamente nada por protegernos. Como había pasado tiempo desde los abusos, no pudimos denunciar por falta de pruebas, aún habiendo denuncias previas por maltrato psicológico e intento de secuestro entre otras, con parte de lesiones y testigos.
Nunca más se volvió a hablar del tema y como había un régimen de visitas que teníamos que cumplir seguí yendo a su casa muchos más años. Principalmente lo hacía porque no quería dejar a mi hermana pequeña sola con él. Sabía que era muy peligroso.
Llegó un momento en el que no pude soportarlo más y decidí no volver a su casa. Mi hermana, ajena a todo lo que me había hecho a mí, decidió seguir yendo. Todavía recuerdo el día en el que mi madre me llamó para contarme lo que había sucedido. Había vuelto a pasar, él intentó abusar de ella. Nos contó que intentaba besarla y tocarle la vagina así que se encerró en el baño y pasó la noche allí. A la mañana siguiente le pidió que le llevara inmediatamente a casa de mi madre.
No ha tenido ningún contacto con él desde entonces, aunque mi padre sí que intentó que volviera a su casa. Le escribió mensajes durante días en los que le decía cosas como: “si quieres puede quedar en secreto entre los dos” o “todo el mundo se equivoca, te echo de menos”.
Aún estamos a la espera de juicio, y debido a esto, mi madre no puede solicitar ningún tipo de ayuda por parte de las administraciones. Llevamos mucho tiempo esperando la resolución del caso. En mi opinión debería de ser algo urgente y rápido, tanto como para que empiecen a tratar a mi hermana como para poder contar con los ingresos que nos niegan, aun sabiendo la situación judicial que estamos viviendo.
Las instituciones tienen que tomar en cuenta caso por caso para otorgar las ayudas en vez de poner unos requisitos a nivel general. Desde aquí quiero lanzar un grito de auxilio ante las instituciones: ¿por qué no se protege a las niñas como es debido?