Inditex anunció el pasado mes de septiembre el cierre de las tiendas Uterqüe, alegando su integración dentro de su otra firma de corte formal Massimo Dutti. Esto supuso un shock tremendo para toda la plantilla, a pesar de que la empresa nos aseguraba la reubicación en otras marcas de la compañía. 

Después de un largo y angustioso cierre de esta cadena con más de 80 tiendas y cerca de 200 empleados, Inditex ha decidido cambiar el acuerdo que tenía hasta ahora con sus trabajadores. En este sí se reflejaba el despido improcedente de 45/33 días de salario por año de servicio con cantidades netas. A última hora han decidido modificarlo solo y exclusivamente para los cierres de Uterqüe reduciéndolo a la indemnización mínima de 20 días de salario por año de servicio. ¿Por qué se sigue permitiendo que las grandes industrias abusen de sus trabajadores de esta manera?

Ahora la empresa nos dice que procederá a la recolocación interna de los trabajadores afectados en otras marcas de Inditex. Sin embargo, plantean un acuerdo diferente al anterior plan de absorciones. En este primero se priorizaba el mantenimiento del empleo y se articulaba un procedimiento por el cual, la plantilla de las tiendas afectadas se les facilitaría la reubicación en otros establecimientos. Asimismo, se fijaba un máximo de 25 kilómetros para estos traslados y las mismas condiciones laborales.

En el caso de Uterqüe, el plan sigue algunas líneas comunes: la empresa sí contempla este radio de distancia, las mismas condiciones laborales y se prioriza la adscripción a puestos de trabajo disponibles en tiendas del mismo municipio.

Lo que nos sorprende es que, en este caso, la adscripción resulta obligatoria –y no voluntaria como en el anterior plan–. Es decir, se establece su obligatoriedad en caso de que la distancia entre el centro de trabajo de origen y el de destino no supere los 25 kilómetros o de que esto no implique un cambio de residencia para el trabajador.

Debido a esto la indemnización, en el caso de que queramos salir de la empresa, cambia de ser un despido improcedente y por tanto tener una compensación de 45 o 33 días por año trabajado a tan solo 20 días de salario por año de servicio. ES UNA INJUSTICIA.

Además, nos ofrecen trabajar en marcas muy diferentes a Uterqüe, con un nivel de trabajo mayor o con un público diferente. Las condiciones por tanto también cambian. No es lo mismo trabajar para señoras de 50 años, ofreciéndoles una atención personalizada en una marca de alto standing que hacerlo por ejemplo con chicas de 20, mucha más afluencia de clientes y un nivel de estrés mayor. 

Nos han dejado sin capacidad de decisión, o nos quedamos en las marcas que se nos asignan o nos vamos con tan solo 20 días de salario trabajado. Los sindicatos nos han vendido. No podemos seguir permitiendo que las grandes empresas traten a sus trabajadores como les conviene. Queremos que nuestros derechos sean respetados.