Desde UGT, los conductores de autobuses de Vitrasa de Vigo estamos llegando al límite de nuestra fuerza. Cada vez más y más compañeros nos vemos obligados a coger la baja por ansiedad alcanzando un nivel demasiado preocupante. Nos exponemos a unos recortes que están provocando ofrecer un servicio pésimo a los viajeros. Estos se sienten muy enfadados y finalmente trasladan sus quejas y enfados a los conductores, quienes no podemos hacer nada ante esta situación. 

Nosotros veníamos de una antigua dirección y a mediados de 2018 la dirección de Vitrasa experimentó un cambio que, teóricamente, venía para mejorar nuestra situación. Pero lo cierto es que no ha sido así. Nos prometieron una dirección más participativa y más transparente. Pero lo que nos hemos encontrado ha sido una dirección que, con la pandemia, ha encontrado la excusa perfecta para recortar aún más nuestros derechos como trabajadores. A su vez, también estamos sufriendo un incumplimiento reiterado Convenio Colectivo y de los pactos por parte de la dirección, que tampoco nos garantiza el pago de las próximas nóminas en tiempo y forma.

Nos vemos obligados a trabajar en unas condiciones ínfimas. No tenemos pausas en el desarrollo del trabajo a lo largo del día. No se planifican los horarios de manera correcta para que podamos tener esos descansos para cosas tan básicas como ir al servicio. La hoja de ruta dice que debemos tener descansos, pero a la hora de la verdad no podemos realizarlos. Nos vemos ante una situación en la que llevamos 20 o incluso 50 minutos de retraso en el viaje a causa de la mala planificación de los horarios y si encima, realizamos esos descansos, el tiempo de retraso aumenta aún más y los viajeros se quedan completamente abandonados.

Se han suprimido y retirado ciertos servicios que son necesarios. A su vez, a causa de la pandemia, el aforo dentro de los autobuses tiene un límite. Esto provoca que en muchas ocasiones los viajeros deban quedarse en tierra sin poder realizar su viaje. Todo esto provoca el enfado de los viajeros, que saturan las líneas telefónicas de atención al viajero, lo que provoca que estos estén desinformados y trasladen su enfado hacia nosotros.

En 2019 la empresa decidió hacer horarios vivos, es decir, que se pueden modificar según conveniencia y necesidades del servicio. Estas modificaciones aparecen en aplicaciones de transporte como Moovit, pero la gente de más edad, que no utiliza este tipo de aplicaciones, se encuentra desinformada y sin conocer el cambio del horario de los autobuses.

A Vitrasa no le importan ni los viajeros ni los conductores, si no las subvenciones. A día de hoy cuentan con numerosas demandas jurídicas y de inspección por parte del comité y de UGT. Pero esto se debe a que, si no hacemos ruido, no nos escuchan. El pasado mes de diciembre realizamos una convocatoria de huelga a causa de la falta de medios para hacer frente a la pandemia. Nos daban una mascarilla a la semana y no contábamos ni con gel hidroalcohólico, ni guantes. Y fue gracias a esa presión que lo conseguimos. Por ello, ahora nos hemos visto obligados a promover una huelga los días 3, 6, 7, y 8 de agosto para luchar por nuestros derechos.

Por ello queremos dirigirnos al Parlamento de Galicia. Necesitamos que nos garanticen una jornada laboral en la que tengamos unas pausas básicas como para poder ir al servicio. Después de más de dos décadas en este sector, nunca habíamos trabajado tan mal como hasta ahora. Se están vulnerando nuestros derechos laborales. Es necesario que se preocupen por la salud de los trabajadores y por los viajeros estableciendo unas frecuencias acordes a las necesidades actuales.