Indulto
El Gobierno no ha tenido margen para entrar a valorar la solicitud de indulto.
La Ley de Indultos, en su artículo 2, establece que no se pueden otorgar indultos en caso de reincidencia, salvo que el Tribunal aprecie razones de justicia, equidad o conveniencia pública, circunstancia que no ha ocurrido.
El Tribunal informó negativamente de la concesión del indulto, lo que no deja más opción al Gobierno que denegarlo, pues así lo marca la Ley.
Por tanto, la denegación del indulto no es una decisión que dependiera de la voluntad del Gobierno, sino que viene marcado por la Ley.
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Hola, me llamo Miriam Ruiz y yo podía haber sido una de esas niñas víctimas de violencia vicaria, pero gracias a la protección de mi madre estoy aquí. Escribo este texto en osoigo para pedir urgentemente que mi madre no entre en la cárcel. Mi madre, María Salmerón, es víctima de violencia de género a manos de mi progenitor. Sin embargo, el maltrato hacia mi madre no sólo se produjo de forma física, emocional y sexual a lo largo de su relación, sino que se ha prolongado de manera judicial e institucional durante estos últimos veinte años.
Mi madre se separó de su agresor cuando yo tenía sólo cinco meses, con la esperanza de poder protegerme y que yo no creciera en un clima de violencia. Lo que ella no sabía en ese momento es que sería castigada y revictimizada por la propia “justicia” hasta el día de hoy.
Desde que tengo uso de razón no quiero ver a mi padre. Siempre ha sido una persona fría, distante y violenta y sentía miedo. Un hombre que nunca me ha abrazado, ni me ha dicho que me quiere, ni me ha hecho un plato de comida caliente o me ha felicitado por mi cumpleaños.
Mi madre ha sido indultada tres veces, tantas como a punto ha estado de entrar en la cárcel. Ahora tiene un plazo de 15 días para ingresar en prisión por incumplimiento del régimen de visitas. Mi madre simplemente hacía caso a una niña que con sus palabras demostraba que el único interés de su padre era hacer daño a su madre. Yo era un daño colateral de este maltrato. Pero al pedir el cuarto y último indulto, ha pasado más de un año de silencio administrativo y el Juzgado de lo Penal número seis de Sevilla, al entender desestimada la solicitud del mismo, ha emitido una providencia.
Esto significa que un hombre condenado por maltrato habitual a 21 meses de prisión nunca llegó a pisarla, pero su víctima tendrá que hacerlo únicamente por proteger, cuidar y respetar la decisión de la hija de ambos. Llevo desde los 15 años con el miedo de que la persona más importante de mi vida entre en prisión de un momento a otro. Como si fuera una delincuente, cuando lo único que ha hecho es velar por mi tranquilidad. Lo contrario a los jueces y equipo psicosociales.
Ahora parece que mi peor pesadilla va a hacerse realidad, por eso necesitamos que el Gobierno lleve la petición de indulto de mi madre al Consejo de Ministros para que se vote. Esta situación ha convertido a una víctima de violencia de género en la persona más indultada de España, y demuestra la desprotección de las mujeres en este país, siendo revictimizadas a manos de la justicia. Mi madre tiene que pagar más de 80.000€ entre indemnizaciones y costas judiciales y lleva con su nómina laboral embargada desde 2008.
El sistema le ha permitido a mi progenitor robarme la infancia y arruinarnos la vida a ambas. Va a conseguir irse de rositas, mientras mi madre esté entre rejas y no a mi lado. El maltratador ha ganado. ¿Cuántas batallas más tenemos que perder las víctimas para que algo cambie?