Soy Verónica, soy de Guadalajara, tengo 20 años y he luchado contra un linfoma no Hodgkin.  
 

Todo empezó porque llevaba unos días que no podía respirar bien y me ahogaba. Al acudir al médico me mandaron directamente a urgencias porque tenia un derrame pleural. Me ingresaron directamente y empezaron a hacerme pruebas para ver de donde venía todo.  
 

Vieron que también tenía varios bultos internos en el cuello. Tras varias pruebas más, me diagnosticaron el 14 de febrero un linfoma en el mediastino de células B grandes en fase 4.  
 

Enseguida empecé con el tratamiento porque el tumor estaba creciendo muy rápido y no podía perder más tiempo. Estuve prácticamente tres meses ingresada con el tratamiento de cuatro ciclos de quimioterapia.  
 

En estos momentos, estoy en remisión completa y solo tengo que volver al hospital para revisiones. Por ahora no he tenido ninguna secuela relacionada con el cáncer o sus tratamientos. Únicamente arrastro cansancio por haber estado tanto tiempo en la cama del hospital.  
 

Cuando te sucede una cosa así, entiendes lo importante que son ciertas cosas, como la donación de médula. Muchos de los pacientes con diferentes tipos de leucemias y linfomas tienen que acudir a este tratamiento cuando no funciona los tratamientos de quimioterapia. 
 

Donar médula salva vidas. De echo, en mi próxima revisión voy a preguntar a mi hematólogo si puedo ser donante. Se la importancia que tiene para muchas personas que pasan por el mismo proceso que yo.  
 

Por eso quiero pedirle a los políticos de las Cortes de Castilla la Mancha que sean punteros en España y realicen una gran inversión de recursos para publicitar la importancia de ser donante de médula. Porque donar médula, salva vidas.