Pasamos 40 años (de media) sin saber qué está ocurriendo en nuestro cuerpo. Casi media vida sin verle sentido a un sangrado mensual. Un sangrado que, aunque no sepamos de dónde proviene, sabemos que duele porque “así nos ha tocado”, que da asco y vergüenza y que ¡es azul! Llegamos a la tan temida menopausia sin entender qué es lo que ha pasado y lo qué pasa en nuestro cuerpo. 

No podemos seguir perpetuando falsas creencias que entorpecen la calidad de vida de las mujeres y personas menstruantes desde la pubertad. Es importante reivindicar nuestro derecho a una educación (también menstrual) íntegra y de calidad dentro de un currículo escolar desde la niñez. 

Son decenas los tabúes relacionados con el ciclo menstrual que nos llegan no solo por el boca a boca, sino también desde los libros especializados. Estas falsas creencias alimentan la desinformación, el miedo y la vergüenza de menstruar. 

Hemos normalizado un dolor que no es normal, al igual que no son normales los dolores relacionados con cualquier función fisiológica corporal. El ciclo menstrual es el quinto signo vital reconocido que, junto a la temperatura o la presión arterial entre otros, nos indica y alerta de que algo no va bien en nuestro cuerpo y salud general.  
 

La información es poder y, por lo tanto, conocer nuestros procesos desde la educación nos permitirá tomar decisiones pensando en nuestra salud y calidad de vida. Por ello, reivindicamos que la educación menstrual forme parte de un currículum que mire por el bienestar de las/os/es más jóvenes. 


 Soy Verónica y soy educadora menstrual. Si queréis aprender más sobre menstruación os animo a seguirme en @menstruarnos en español y en @marigorri._ en euskera.