Como han evidenciado diversos estudios, en España se dedican a cuidados familiares no pagados 130 millones de horas al día, el equivalentes al 15% del PIB y a 16 millones de personas trabajando a jornada completa, 8 horas al día. Las mujeres dedicamos a los cuidados 4,04 horas al día, 1.352 al año; mientras los hombres dedican 1,5 horas al día, 468 al año.  

Actualmente hay aproximadamente 2,2 millones de mujeres excluidas del empleo por dedicarse a “labores del hogar”. Todas estas mujeres llevan trabajando toda su vida y, una vez mayores, se encuentran con que no tienen derecho a una pensión contributiva. Mujeres que tuvieron que trabajar en casa y fuera de ella, limpiando y cocinando en casas de familias ricas. Mujeres que trabajaron en talleres cosiendo y haciendo zapatos. Mujeres que cuidaron de sus familiares y de los familiares de otros.

El sistema es patriarcal porque no reconoce las contribuciones sociales reproductivas y de cuidados. En 2021 nos encontramos con que 6 de cada 10 mujeres no ven reconocidos sus esfuerzos con una pensión contributiva que, por otro lado, en muchas comunidades no llega a los 400€. Sólo tienen derecho a la pensión contributiva las mujeres que vivan en una unidad familiar con unos ingresos bajísimos. Este sistema castiga a aquellas mujeres que viven solas y condena a las que no a depender de los ingresos del hombre. Independientemente de lo que cobre el marido, la mujer debería tener derecho a su pensión, para no vivir así esclavizada, para ser economicamente libre.

Hay miles y miles de mujeres mayores de 65 sin ingresos propios tras una vida de criar hijos, trabajando bajo una economía sumergida y con pocos años de cotización que dependen de esta mísera pensión. Son ellas las más afectadas por este sistema injusto de pensiones no contributivas. Nos encontramos con un 73% de mujeres sin pensión contributiva frente a un 29% de hombres, algo que no sorprende si tenemos en cuenta las horas que dedican unos y otros a los cuidados. La pensión media no contributiva de las mujeres en España no llega a los 800€; la de los hombres es de 1.220 € aproximadamente.

Por todo esto pedimos una renta básica para todas las personas, que no dependa de cotizaciones injustas, que burocraticamente accesible, y sobre todo, que no deje fuera a las mujeres.